Estoy últimamente que no soporto una patada en la boca.
La gente
que lloriquea por problemas superfluos en este momento que no se me acerque,
tengo la lengua suelta y como siempre, sigo siendo violenta. Ambas condiciones de mi personalidad descritas anteriormente, confluyen en que ahora más que nunca la Lengua Viva, Mata.
Es literal.
Te diré
exactamente lo que pienso de ti, a no ser que no te hable. No podré contener mi
lengua que está más viva que nunca. Pero además, me invadirá una sensación de
rabia que desencadenara en violencia y como poco te voy a pegar siete voces y
si no cae alguna hostia.
Me caes mal.
Me caes mal.
Me crié en el polígono y vivo en la Magdalena, tengo doble titulación.
El Pompa tuvo que
ponerme una rueda de coche para conseguir el gran reto, pegarle a la Mona y solo con decir que eres del Polígono hace algunos años ya entrañaba peligro para el ciudadano de a pie.
Te
puedes imaginar cuando nace ese sentimiento interior que no puedo controlar,
que viene de familia y que se escapa de toda medida posible. Mi Lolo levantaba
piedras de cien kilos, el Barranco se metió en casa de un vecino con una maceta de albañil a romper una caseta que apoyó en su pared y le daba humedades en su casa, se tiró al suelo delante de una excavadora cuando quisieron tocar mi casa, y delante de la policía con los ojos rojos en sangre porque tenía tensión ocular (a parte) gritaba como un poseído:
- ¿Qué yo lo he amenazao? ¿qué yo lo he amenazao? como coja este patuzco le voy a reventar todos los dientes.
Aún sigue aquí el destrozo que hicieron los bonicos de la Empresa Pública del suelo Andaluz.
Me importa una mierda tu vida, me importa una mierda la vida
de todo aquel que no me importa, de todo el que maté en vida y de todos los
que no me importan una mierda.
No soporto asuntos como el del dinero, que no tengo dinero,
no es una afirmación que para mí sea digna de lástima. Dime cuanto ingresas y
cuando gastas y te diré yo si mereces las dos hostias o mi ayuda.
Hay familias que sobreviven en mi barrio con cuatrocientos
euros, y todavía la gente se ofende si hacen semillitas, colgantes, limpian por
horas, o se buscan la vida como sea para no pedir.
¡NO SE PIDE, ANTES SE ROBA!
Mira el Lute, por una gallina.
Ahora lo que se lleva es la caridad cristiana, que te quites la gorra y pases a pedir alimentos a la iglesia.
Mira el Lute, por una gallina.
Ahora lo que se lleva es la caridad cristiana, que te quites la gorra y pases a pedir alimentos a la iglesia.
Yo tuve un gran referente en mi vida, el cura Pepe, de mi
gran Barrio el Polígono del Valle. Respeto mucho muchísimo a una parte de la
iglesia que nunca se alejó del pueblo, a esa parte la excomulgo, a los cuatro
sarasones que dan lecciones en el vaticano mientras se la meten por el ano, no.
(Ver libro que se publica mundialmente que no recuerdo el nombre)
Mi madre, la Rafaela, repartía comida entre las familias de
mi barrio, cosía sábanas con cuatro telas del mercadillo y le acercaba
palabras, apoyo y cariño, trabajando con la asociación.
El Barranco no se
cuantas obras hizo de gratis, para ayudar a los más inútiles, ¡lo que
aprendimos con él! a construir antes que llorar en el bar, a producir antes que pedir, a sobrevivir.
Un día en una conversación con la Rafaela, le dijo el Pepe
que porque no se llevaba ella un poco de comida a su casa, que el Barranco estaba
parado, que era solo un poco, que quien lo iba a ver.
-
Lo ve esta. – señalándome a mí.
Mi padre fue cartonero, albañil, panadero, tuvieron una
tienda, mi madre limpiaba por horas, mi padre vendía salchichas Crismona en las ferias, mi madre compraba fruta picada a última hora, mi padre,
mi madre, mi padre, mi madre… ellos tienen la culpa de como soy, gracias a
ellos tengo esta vulnerabilidad genética que me pone la cabeza acelerada que me ha hecho invencible.
Empujo, empujo, empujo y también me gusta follar.
Que nadie
se engañe que no soy la Madre Teresa, que soy peor.
Soy violenta, juzgo a las
personas pero no por su condición sexual, su género ni número o su cuna de nacimiento. Juzgo
por los hechos y condeno a muerte a diario.
No me importa que tengas un gran
problema, un problema que suscitaría mucha pena por parte de muchas personas,
yo siempre he superado alguna que se iguala o mayor, te pegaré siete
patadas en el ojete para que sigas adelante.
Pero si encima me presentas una
puta gilipollez por problema, no esperes de mí piedad, mejor no me hables y
sigue tu camino.
Perdona Paco, el desorden de este texto y el lenguaje soez,
pero estoy desordenada y no follo desde hace tiempo, ya sabes que el sexo es mi
gran catalizador, el que me ayuda a descargar la energía nuclear que me sobra. Eso y hablar por escrito.
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