Yo lo analizo todo:
-
¿Me está llamando extraterrestre? (…) Este quiere
follarme.
A partir de esa frase que es simplemente de ánimo, sin mayor
intención que la de sacarme una sonrisa porque le dije que estaba vieja, desarrollo
un complejo entramado de pensamientos.
No duermo mucho, tengo tiempo.
Imagina cuando la cosa es más complicada y son varios los
parámetros a tener en cuenta. El desarrollo de la cuestión puede ser analizada
hasta el infinito y más allá.
Todo a gran velocidad.
No tomo las decisiones a la ligera aunque la gente así lo
piense. Cada noche analizo lo que haré al día siguiente, sobre todo si hay que realizar
cambios de rumbo.
Sé que todo ocurre por algo, todo absolutamente está dentro
de un gran entramado mundial desconocido para nosotros, pero que finalmente
influye en nuestra vida.
Si no ocurre esto, no da pie a lo otro.
SI SI... SI NO...
SI SI... SI NO...
Por eso en ocasiones puede parecer que tengo más cabeza que
un mulo blanco y que una decisión que nadie entiende, que todos dicen que es
una locura, yo la enfilo a todo motor hasta conseguirla. Curiosamente, luego el
tiempo y el entramado mundial hace lo suyo. Si tenía razón me la da, si no la
tenía, nunca lo reconoceré. Volveré a girar el timón a todo motor en otra
dirección.
Si esto lo miras desde la perspectiva del normalizado,
evidentemente, voy deprisa, soy una loca.
Más vale estar loca del todo que medio loca. Me parece bien que
me pongan el cartel, me encanta, es un grupo de población que me parece
maravillosa, pero ¿no es peor el que está en su casita, haciendo las cosas con
normalidad y cuando nadie lo ve, se mete una raya de coca o se bebe un whisky,
o se fuma siete porros?
En el mundo existen dos tipos de personas:
Las que nacen, viven se reproducen y mueren y las otras.
Las primeras pueden machacar su cerebro con una maceta de albañil, que nadie se dará cuenta porque su estado era antes parecido. Pueden hacer siempre lo mismo, son consumistas porque su vida les aburre, suelen hacer las cosas que hay que hacer, nunca sacan los pies del plato.
Las que nacen, viven se reproducen y mueren y las otras.
Las primeras pueden machacar su cerebro con una maceta de albañil, que nadie se dará cuenta porque su estado era antes parecido. Pueden hacer siempre lo mismo, son consumistas porque su vida les aburre, suelen hacer las cosas que hay que hacer, nunca sacan los pies del plato.
Los otros crean.
Los padres de los padres de los padres de los normalizados,
eran normalizados, los otros siempre tenemos antecedentes familiares que nos indican que somos vulnerables, pero no podemos hacer nada para evitarlo.
Familias enteras que son normales contra otras llenas de artistas.
Familias enteras que son normales contra otras llenas de artistas.
Su cerebro es vulnerable porque trabaja mucho, no como
en los otros, que es de roble. Cualquier contacto con las drogas, cualquier
sentimiento intenso, cualquier proyecto puede hacerlos despegar de la realidad.
Nadie en su sano juicio querría esto para sus hijos, nada de
eso, mejor no tener ni hijos ¿qué sería del mundo sin nosotros? Los artistas,
los vulnerables, los que gozamos de esa inteligencia superior y estamos
buenísimos.
Prescinde de todo lo que tenga que ver con cualquier
disciplina artística, prescinde de los pensadores, prescinde incluso de los
investigadores… estaríais perdidos. Todos los que juzgan desde su normalidad no
se dan cuenta que el mundo evoluciona gracias a los vulnerables, que en el
mundo se puede vivir gracias a ellos.
Mi gatito es como un bebé, pero me lo llena todo de pelos. Es amor, pero me tiene el sofá hecho polvo. Las personas con inteligencia superior, obviamos este daño colateral, los normalizados jamás tendrán un gato si puede afectar a sus materias inertes, mucho menos una cerda.
Mi gatito es como un bebé, pero me lo llena todo de pelos. Es amor, pero me tiene el sofá hecho polvo. Las personas con inteligencia superior, obviamos este daño colateral, los normalizados jamás tendrán un gato si puede afectar a sus materias inertes, mucho menos una cerda.
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