No veo la tele desde hace años, bueno, no la pongo yo al menos. Es como fumar, de vez en cuando le doy una calailla a un cigarro, pero no es mío.
Ayer encendí la tele yo sola y solo para mí. No es lo mismo que ver series o películas, en este caso solo tú tienes el dominio de la información, con la tele no, es ella la que decide cuales son las imágenes que va a enviarte. Es aleatoria en su publicidad, tú solo puedes cambiar de canal.
Sigo intentando seguir viendo la tele, porque me entretiene y me obliga a no pensar, aunque me cuesta muchísimo centrarme en un programa porque ¡es tan gorda la mierda que nos obligan a ver!
Finalmente siento alivio, es un programa de chimpancés, puedo seguir entretenida sin necesidad de sentir nauseas.
Nos gusta la hipnosis a la que nos somete la tele, nos hace olvidar la soledad.
Ya vienen hoy mis niños, ya no lo hago más.
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