lunes, 23 de febrero de 2015

APOLOGÍA DEL ALCOHOLISMO

Pero a mí no me afecta. Yo controlo. Yo no voy haciendo eses. A mí no se me nota...

Como en la película del Sexto Sentido, los alcohólicos son fantasmas pero ellos no lo saben.

Un día tiene la culpa la cultura, su abuelo en el pueblo de pequeño le daba vino; otro es solo por una celebración, es solo ese día, ya no va a volver a beber en la vida y otro la culpa es de la soledad y la tristeza.

El alcohol es la droga más destructiva, por legal y por lenta.

Siempre está ahí, es baratísima. En todas las esquinas, en todos los acontecimientos alegres, siempre que hay una reunión de amigos, hay alcohol.

Es el amigo que siempre está ahí, lo único que te queda. Es un simulador de vuelo, te pegas una borrachera solo en casa, y empiezas a hablar con alguien, te ligas a una chica, y al final hasta te la tiras.

Tú no te ves, claro, eres un fantasma pero no puedes creerte que estás muerto y que la chica no existe, que te pajeas solo en casa con una botella por compañera.

En España hay mucho rebelde sin causa, en contra de todo y de todos, de derechas y de izquierdas, cristianos y ateos… pero todos, absolutamente todos, tiene un punto en común que los iguala y unifica en su manada: el alcohol. 

Con copa de más pueden ponerse de acuerdo en muchas cosas, llorar juntos  y confirmar que Jesús, el de Nazaret, fue el primer comunista del mundo.

A nadie se le ocurre decir:

-           Anoche me pegué una panzá follar, me metí tres rallas de coca y no podía parar. Tengo la polla/coño destrozao y unas agujetas que me van a durar días.

Pero muchos dicen en tono eroticofestivo:

-          Anoche me fui de marcha y pillé un borracherón, tengo una resaca impresionante.

¡Ole! y ahí queda eso.

Esa es la dureza del alcohol, la aceptación social como un mal menor. Por eso para mí las drogas más crueles son el tabaco y el alcohol, además suelen ir acompañadas de las otras.

Estas son totalmente legales, con sus impuestos y sus establecimientos para consumir y comprar. 

¡Todo el mundo bebe! y si no lo haces eres una mojigata.

Pero la especie humana no es tonta, en la selección natural de nuestra especie, el alcohol es un elemento muy importante.

Cuando se es un joven ejemplar, nadie es alcohólico. Los individuos más listos lo dejan al llegar a la madurez, pero los débiles siguen bebiendo.

¿Qué ocurre después?

Que la mandada rechaza.

Un ejemplar menos en la competencia por el alimento y las hembras.

El ejemplar dañado, en este caso por el alcohol es apartado de la manada para que muera.

No es auxiliado, en caso de ataque de otro depredador, está a la merced de su suerte.

Todos esos que animaban en los comienzos, rechazan ahora. Nadie quiere tener un amigo alcohólico, una madre alcohólica, un marido, un compañero de trabajo, un médico de cabecera, un bombero, un electricista… ¿alcohólico?

NO, nadie quiere eso, la manada huele a muerte y rechaza.

Lo peor de esta droga, es que aguantas muchos años en vida, sintiendo el rechazo de tu manada.

Mueres de viejo pero desde hace muchos años, depende de cuando empieces, eres solo un cuerpo, un muerto viviente, un fantasma. 

Aunque nadie tenga el valor de decírtelo a la cara, aunque nadie sea capaz de verte, porque no tenga ese sexto sentido. 

LVM

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