A pesar de los
pesares
yo feliz y tú que ardes
yo relajada y tranquila
tú con tu pena, llorica.
Al pesar del sacrificio
de no tener yo fornicio
tú que puedes, anda mete
vete cerrando orificios.
Relájate, cuenta hasta tres
mírame a mí, como vivo
entregada a mis oficios
disfrutando a los amigos.
Ay! Si es que eres muy envidioso
si tu pena es que no puedes
ser feliz sin los dineros
y encima ves que yo tengo.
¡Qué amargaico Dios mío!
¡Qué amargaico te he visto!
¡Qué pena más grande tienes
por haberme conocido!
Y saber que ahora los huevos
solo los pongo en mi nido.
LVM
No hay comentarios:
Publicar un comentario