miércoles, 18 de octubre de 2017

ME SALE DEL ALMA

Me encanta ver mi basura limpia, sin mezclar. El papel, los plásticos y el vidrio, la comida para Vacarisa y todo lo demás, cada cosa en su lugar. 

Disfruto cuando consigo aprovechar algo que se iba a tirar y lo convierto en útil. Una tela, las sillas de la abuela del Indio, lanas de jerséis horteras… lo hago por mí. 

Me crearon conciencia hace más de veinte años, cuando nacieron mis hijos mayores, en esos días estaba yo muy sensible y nada me parecía casual, pensaba que mi abuela Dolores me acompañaba, que todo el mundo giraba alrededor de mí para ayudarme con la tarea tan difícil de conseguir que mis niños siguieran vivos.  

Sigo reciclando y sigo pensando lo mismo, mi abuela me ayuda, lo juro.

Por entonces  a mi barrio vino Don Reciclón, un proyecto de reciclaje pionero, pionero en España porque en Europa ya era obligatorio reciclar. Reeducaron a toda la población, el barrio respondió como se esperaba y todo el mundo hizo las cosas bien. Pocos meses después el ayuntamiento lo mandó todo al carajo y nos pidió que volviéramos a hacerlo todo mal. Pero lo siento, yo ya estaba reeducada. 

No puede, como en muchas ocasiones, desobedecí. Continué separando, a pesar de que cuando iba al contenedor los vecinos me avisaban de que ya no se hacía eso, yo continué durante años echando mi basura como Dios manda, que muchos ya sabéis que para mí es ella, la naturaleza.

Que bonicas las bolsas de reciclado, que no pesan nada y no están sucias. Las tengo que llevar a tres calles, no pienses que el ayuntamiento nos pone las cosas fáciles a los que tenemos el seso atrofiado como yo.

Veinte años después a mis hijos les cuesta separar, no lo tienen asumido porque por muchas actividades chorras que se organicen, no se les convence, es solo la loca de su madre la que lo hace, no estamos preparados para crear verdadera conciencia porque no tenemos.

Las infraestructuras de Jaén son patéticas, he subido al norte, hay tubos que van por debajo de la tierra y que mediante aire llevan a las bolsas, que no pesan nada, ya lo he dicho antes, hasta  un contenedor gigante desde donde lo llevan a plantas de reciclado inmensas con trabajadores y trabajadoras guapos y limpios… bueno, quizás no necesitemos tanto, para ver esto tendrán que grabarlo en una peli, coño, pues un corto. Se lo voy a decir a Rafa. 

Cuando era pequeña e iba a por mortadela, el envoltorio era papel con una fina capa de plastiquillo y que en la actualidad lo meten en un envase de plástico que ocupa un gran espacio y es imposible que se lo coma la madre naturaleza.

Yo si queréis, os pongo el video de Don Reciclón, que aún lo conservo, me regalaron uno, sale el culo de mis mellis grandes, se hizo bien hecho, fue un proyecto muy importante, deberían repetirlo ahora que al menos, ya hay contenedores en los barrios.


Bueno, en todos menos en el mío, ahora vivo en el Casco Antiguo. 

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