miércoles, 25 de octubre de 2017

PUNTITO

Todos tenemos nuestro puntito, ¿eh? ¡Qué lo niegue la gente! ¡Qué lo niegue!

Cuando dicen que estoy fatal por las cosas que hago, siempre contesto:

-          Dentro de mi realidad es razonable.

Vale que son ya más de quince años construyendo un barco, que tengo allí a mi cerda esperándome, que quiero gallinas y una cabrita, que está lejos, que gasto gasolina, que hace frío, que no se explica uno porque quito las hierbas si van a volver a salir…

Pero dime tú qué sentido tiene cualquiera de las aficiones que tenemos los seres humanos, haz una lista, dime cuál de ellas tiene utilidad.

Pues al final, lo mío, tiene su provecho, ya lo verás. Es cierto que voy sumando días hasta llegar a la muerte, pero también que veo los avances en mis proyectos. Me conformo con terminar algún día esta casa, terminar El Barco de Pocagua, registrar todos mis libros y morir. Supongo que lo importante es cómo pasan los días en tu vida, el fin es lo de menos, lo interesante es el camino.

Para mí, el que diga: "estás como una cabra", si le gusta el fútbol, si le gusta el cine, si le gusta pintar, cantar, bailar o tocar un instrumento, si le gusta viajar, andar con mujeres o con hombres, si le gusta todo esto es porque tiene su puntito, le gusta vivir.


¡Ojo! que hay personas que no hacen nada de esto, solo van a su trabajo, vuelven a casa y descansan, estas no tienen su puntito, son cuerdas cuerdas hasta la médula.

Yo no puedo, a mi me llena mucho cuando subo allí arriba y bajo reventaica después de trabajar al sol en mis cabañas absurdas con formas de barco o de nave espacial hechas con ruedas y materiales reciclados. 

Este año aún estoy  decidiendo en qué   apuntarme para descargar el poco tiempo libre que me queda; creo que finalmente será boxeo. 

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