Y van quince años, aunque no te lo creas, mis hijos van a cumplir quince años y no tenían uno cuando compramos esa tierra.
Mira, yo estoy pensando, que aquello, no vale nada, pero es mío.
Mira, yo estoy pensando, que aquello, no vale nada, pero es mío.
Si tuviera pasta para invertir
además de mi tiempo, arreglaría el motor, cubriría la piscina, repararía el kiosco, los depósitos que llevan rotos un año, la casa de Vacarisa, el barco... conseguiría que aquello valiera tanto como el apego que le tengo.
Solo con maderas construiría de nuevo mi
barco, solo con dinero pediría unos hierros, un poco de arena, cemento, solo
con dinero y tiempo.
Si me preguntas, ¿no te pesa el esfuerzo? No.
Me encanta
comer hasta no poder más porque lo necesito para consumir en esas
calorías allí arriba. Me siento fuerte cuando subo y bajo por aquellas ruedas, puedo luego con todo, creo que me estoy debilitando gracias a mi rendición.
Me encanta bajar ducharme y salir de cañas reventaica viva, me gustaría que no fuera tan duro allí el invierno ni el verano, que me diera un margen el tiempo, pero sobre todo, tener dinero para invertir sin miedo.
Me encanta bajar ducharme y salir de cañas reventaica viva, me gustaría que no fuera tan duro allí el invierno ni el verano, que me diera un margen el tiempo, pero sobre todo, tener dinero para invertir sin miedo.
No cometería ninguna ilegalidad, no construiría vivienda, ¡no! xD no quiero, ya tengo muchas.
Un barco de madera, unas gallinas, unos animalicos, y para dormir un buen catre.
No quiero tener una casa, no quiero nada que no me haga sentir bien, las buenas vibraciones que siento allí arriba, en esa curva que ahora llaman de la marrana, no las puede sentir nadie, que no venga dispuesto a ver lo que yo les quiera enseñar.
No quiero ir de vacaciones, no quiero viajar, ahora no.
Un barco de madera, unas gallinas, unos animalicos, y para dormir un buen catre.
No quiero tener una casa, no quiero nada que no me haga sentir bien, las buenas vibraciones que siento allí arriba, en esa curva que ahora llaman de la marrana, no las puede sentir nadie, que no venga dispuesto a ver lo que yo les quiera enseñar.
No quiero ir de vacaciones, no quiero viajar, ahora no.
No sé que voy a hacer, me he vuelto muy razonable.
- Ya no
tienes edad, para que quieres aquello, no sé que sacas con eso, cómete a la cerda...
Son
muchas voces que me llevan a reconocer que es una locura, pero ninguna
entiende, que me encantaría pasar un mes entero seguido allí arriba, sin móvil,
sin ordenador, sin que nadie pudiera localizarme si no es a voces.
Para muchos perder el tiempo, para mí, vivirlo.
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