domingo, 25 de febrero de 2018

FIEL A MI PLAN


Aunque todo en mi vida parezca improvisado no lo es. Intento ser fiel a un plan establecido en mi cabeza y la de nadie más. Cuando mis hijos mayores tenían 12 años les dije que con 16 tendrían su propio apartamento, entonces estaba felizmente casada, pero ya tenía en mi cabeza ideas que no exteriorizaba para que nadie pudiera impedirlas.  Con mi segunda tanda de hijos ni te cuento, ya lo saben, mi palabra es ley.

Durante varios años previos a ser madre, había dedicado mi tiempo libre a educar a otros niños y a observar a sus padres. Los errores y aciertos que aquellos padres cometían con sus hijos, me servían a mí para prender para los míos. 

¿Quién me hacía ver los errores ajenos? los propios hijos e incluso sus padres, para los que yo era  en muchos casos su confidente.

Por eso, cuando parí, tenía claro desde el principio lo que debía hacer: vivir cada minuto con ellos como si fuera el último. 

Enseñarles música, cocina, a vivir en la naturaleza, a cantar, a bailar, a luchar y sobre todo, a valerse por si mismos.

He hecho lo que he podido para mantenerme fiel al plan, un plan que está en mi cabeza y del que nadie va a conseguir desviarme. 

Agradezco mucho a todas las personas que creen en mí, tanto como agradezco a los que no lo hicieron, que me reafirmaron para seguir.

Estoy cumpliendo, no tengo un duro pero llego, no necesito más, quizás algún sujetador de repuesto que de verdad los que tengo no están decentes ni para el médico.

Ya no lo digo más, es lo que hay, no me desvía de mi rumbo ni Dios, solo pueden frenarme, retrasarme, entretenerme… dicho sea de paso, que a veces lo necesito, para poder descansar.

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