A veces me levanto patética perdía y pienso que nada servirá
de nada. Que mis hijos no encontrarán trabajo, tendrán que emigrar muy lejos o
vivirán de mi sueldo a media jornada toda la vida.
A veces, como hoy, no puedo
dormir aunque tenga “sueños”.
Paso de contarlos otra vez, para qué, ya me conformo con
menos. Me conformo con hacerlos todos realidad, pero de tapadillo, sin que
nadie se entere y dejando un poco de margen a la imaginación.
Podemos ver la realidad con mi cristal de colores, o como
hoy que estoy ¡ennegrecía!
Hace muchos días que no resuelvo cosas, desde que llegué a
los cinco mil en lo de las papeletas. Necesito
euforia por buena noticia, o reencuentro inesperado, o iniciar una
nueva locura, algo tengo que hacer que me estoy poniendo negativa perdía.
Necesito que mi gato Moriarti no se cruce en mi pantalla, ni me pegue cabezazos en la cara, escribir solo para vivir en paz y un negocio que me aporte miles de millones de
euros, que gastaré como algunos ya sabéis, hasta el último penique antes del
día de mi muerte física.
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