Ya he tenido suficientes botones de muestra para saber que es lo que quiero y que no. Ya se de sobra lo que me gusta y lo que no. No confiaré más en las apariencias, en la idoneidad, en los datos prácticos, tampoco en el amor.
Cada persona está hecha desde su nacimiento y no puede cambiar.
Yo no pienso cambiar, quizás si, intentar mejorar. Puedo crecer, limar, aprender más, pero no cambiaré. No variaré mi rumbo nunca más. Tomaré en cuenta opiniones amigas, claro está, que haría yo sin ellas; pero finalmente yo seré la que lleve el timón de mi vida y si eso me lleva a la deriva, pues yo me lo he buscado.
Se que debo pagar algunos tributos para vivir mi vida. La afectividad de una pareja será uno de ellos, pero no estaré sola. No creo que nadie sea capaz de adaptarse a mis pensamientos, a mi brutalidad. Nadie tendrá la suficiente gallardía de defenderme, porque de seguro lo siguiente que piense y haga, será más indefendible.
PERO AQUÍ ESTOY, ¡ LIBRE !
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