Cuando lo conocí pensé ¡QUÉ PIJO! No entiendo que hace aquí, alguien así. Ahora lo entiendo todo, ha tenido que pasar mucho tiempo, hemos tenido que llegar a este momento, donde seremos lapidados por el pueblo, con las piedras que les pone el gobierno.
No pasa nada, alguien quedará vivo, y resurgirá de nuevo nuestra semilla, la que durante la guerra civil quisieron extinguir. La mala sangre que tenemos, la mala leche de la gente que lucha.
Su llegada fue muy aplaudida, mejoró la estética y la imagen de la casa. Comenzó la caza de brujas, nadie podía quedar de los de Marcelino. Nadie, que se le pareciera. Debíamos ser apartidistas, debíamos buscar la UNIDAD DE ACCIÓN.
¿Qué es eso? eso es simplemente, meter los esfuerzos en el mismo saco, y luego dividir a partes iguales.
Que ocurrió, según yo veo, que nosotros renegamos de los nuestros, obligados por uno de los suyos.
Hoy es diputado, de su partido, normal.
A nosotros nos dejó huérfanos de lo nuestro, huérfanos de nuestro pueblo.
Por fin, llegó el momento, se vaciarán los edificios y solo queden cuatro o cinco gatos, de los que siguen su ejemplo, el de nuestro Marcelino Camacho.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar