Sentirte mal por tener un trabajo, por permitirte algún placer, por comprar lo más básico. Con este ánimo no se puede empezar un proyecto, ni mantener nada.
¿Se recuperará lo perdido algún día?
Que lo vean nuestros hijos, seguiremos luchando por ellos.
Respiramos la tristeza de todos, todos tenemos penurias entre la familia o amigos, o directamente ya en casa. ¿Cómo se puede ser feliz así?
Sorprendidos por el dolor, como cuando un niño se pilla el dedo con la puerta por primera vez. Llorar es de nenazas, pero tendremos que empezar a hacerlo si no queremos reventar por dentro.
No tengo ánimo para escribir, no tengo lívido para un erótico, no tengo tinta en mi bolígrafo, reescribo mis palabras para intentar comprenderlas.
Ya no aspiro a tu abrazo diario, ya no quiero contarte mis cosas, ya no comparto mi rabia ni mis malos pensamientos. Ahora si que estoy sola en esto.
Bajo la frente
subo la mirada,
cierro los puños,
estoy preparada.
No me rendiré sin pelear.
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