PARÁSITOS EMOCIONALES

Existen personas que tienen atrofiada de nacimiento la capacidad de emocionarse, de sentir, de generar cariño por si mismos. 

No tienen habilidades psicosociales de ningún tipo, por lo que deben parasitar en otro individuo, que a su vez tenga un grupo de amistad bien alimentado. 

El grupo los aguanta, porque son el parásito, perdón, quise decir la pareja de su verdadero amigo o amiga. 

En ocasiones no hay quien los aguante, por lo que todo el mundo se aleja y  suele quedarse solo, parasitando a su huésped hasta agotarlo.

Sé reconocerlos, nadie los aguanta, sin embargo, los otros, los seres de luz, siempre están rodeados de otros seres que buscan su calor. 

Hoy en día tengo a mi lado a un ser de luz. Él solo es capaz de generar a su alrededor un montón de energía, por eso las personas lo buscan, lo quieren, lo llaman para que no se distancie. 

Siento vacío cuando me alejo de su lado, pero cada día lo llevo mejor o al menos lo intento. Juntos no hay quién nos pare, no tenemos freno, somos energía nuclear. 

Lo quiero, no quiero perderlo,  podría venir uno de esos parásitos emocionales que no se distinguen a simple vista, aunque he de reconocer que ya a estas alturas de mi vida, los veo venir de lejos. 

Son personas que agotan, consumen, apagan, más si eres su pareja, pero no solo, agotan a los amigos, agotan a la familia, agotan al panadero, a los compañeros de trabajo, agotan sin darse cuenta de lo que son, seres consumidores de energía vital.

Buscan un huésped con fuerza, con mucha luz. Saben que si encontraran a alguien como él, morirían ambos intentando retroalimentarse.

Este tipo de personas, carece de sentimientos como todo buen parásito, y no le importa cambiar de huésped y de entorno, olvidando por completo sus anteriores amigos e incluso familia.

Solo piensa en lo necesario para si mismo y para su bienestar. Nunca entenderán la vida pensando en alguien que no fuera él. No se dan ni cuenta si dejan a alguien dañado por su no presencia.

Normalmente no dañan a nadie, nadie los echa de menos. 

Todos sentimos alivio por perder la amenaza del parásito, renacemos, rejuvenecemos, volvemos a brillar libres, al momento, como cuando se pone a cargar un dispositivo que estaba bajo de batería. 

Todos habréis notado la falta de alimentación del parásito cuando pierde su huésped, todos habréis notado como se retuerce y muerde a todo el mundo, como succiona a los demás , como incluso por agotamiento caes en el gesto fácil de alinearle convencido por su elocuencia, insistencia y atracción.

Ocurre, que cuando te liberas del parásito, tu energía se dispara e incluso hace desconfiar a tus propios amigos, piensan que has cambiado.

Yo soy la misma de siempre, creedme.  

Yo no olvido a mis amigos, solo estoy en la retaguardia esperando que el parásito busque nuevo huésped y se alimente, deshaciéndose por su puesto del grupo innecesario. Vosotros, mis amigos, mi familia.

El momento se acerca, pronto podré volver con todos vosotros, que sé que me echáis de menos porque me lo manifestáis cada vez que nos vemos.  

Tendré que compartir mi tiempo, con mis nuevos amigos, mi nueva familia, la que me acompañó todos estos días de ausencia. Yo no me deshago de la gente que me quiere, me reparto hasta donde puedo hacerlo y más allá.

Se encenderá mi luz con más fuerza. No debéis cegaros, poneos gafas de sol si es necesario y veréis que:

-          ¡SOY YO! Pocagua, La Mamme, La Lengua, La Mamen, Betelgous, La Mona

… todas son la misma persona.