sábado, 7 de mayo de 2016

DEL MONTÓN

¿Qué me diferencia?

No soy la más guapa, no soy la más lista, ni mucho menos la que mejor dice las cosas, tampoco la que mejor las escribe… nada de eso, todo el mundo me adelanta, me mejora y me hace  morder el barro,  lo que me distingue de los demás es que soy la más normal y me gusta, la más cercana, la del montón, en eso no me gana nadie, de verdad verdad.

Para ser del montón hay que creérselo. 

No voy pecar de falsa modestia, que va, yo sé que soy peculiar, muy currante, que soluciono problemas a brazaos y que hago cosas fantásticas,  consigo mucha pasta gitaneando, habitualmente para otros, aunque algo pillaré de refilón...  pero cuando aparco todo eso, que está muy bien, un aplauso para mí, cuando lo aparco todo, soy del montón.

No tengo una cultura musical extensa, no tengo memoria para nombrar libros ni películas ni actores famosos… No leo, mira que lo intento, pero no leo ni por obligación. No cocino nada bien, si limpio es lo que ve la suegra, no me arreglo, no tengo una figura espectacular, no tengo nada en mi persona de admirar, soy del montón, de verdad que te lo digo.

Suelo decepcionar cuando se me conoce, porque claro, cuando se ven las cosas que hago así a parte de mi persona, parece que soy algo fuera de serie, pero cuando se me conoce, pues la verdad, la gente piensa:

-          ¡Si es del montón! ¿Dónde voy yo con esto?

He pensado en actuar como si fuera una persona introvertida, para darle más misterio; cuando me pregunten por un tema responder con palabras absurdas y sinsentido para parecer interesante, pero que va, no puedo, al final termino hablando como hacemos la gente del montón y se cosca todo el mundo de que en el fondo soy más simple que el mecanismo un chupete.

Como yo hay un montón de mujeres del montón que crían solas a sus hijos, que tienen una agenda infernal que no paran de currar mientras estén despiertas, que de vez en cuando le ataca la vena suicida y el deseo de descansar en paz supera al de la supervivencia.  

No nos quitamos de en medio porque somos muy miedicas y duele. 

Que yo no digo que no tenga suerte, que tengo mucha y de la buena. Que mi casa es cada vez más grande, que cada día vive más gente dentro, que cabe todo el mundo aunque algunos no puedan entrar por la alergia a mi gato.

Que todo lo que pienso lo consigo a base de cabezonería.

Que cada día tengo más ruedas metidas en el campo, que poco a poco le voy dando forma a ese proyecto.

Que ya llevo dos libros y estoy liada con el siguiente. No temáis, al menos me queda un año o dos para que salga a la luz, porque marranadas ya no escribo, a no ser que sean gratis.

Hoy estoy pesimista, hoy se apoderó de mí la realidad,  hoy no quiero ser princesa, hoy no soy la reina aunque quiera, hoy me veo y veo a mi gato que también es del montón, y me miro y pienso:


-          ¿Dónde vas “JAMIA” con la marcha que me llevas?

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