Por la cara interior de mi cráneo,
rebotan diariamente ideas como pelotas de goma y no digo nada.
No puedo decir nada porque la mitad de
ellas dejan de moverse y no me molestan hasta que empiezan a rebotar
y rebotar de nuevo, motivado por cualquier movimiento de cualquiera
de las otras pelotas que siguen moviéndose por mis conexiones
neuronales.
Así tengo yo la cabeza.
Todo absolutamente lo que ejecuto en mi
vida pasó por un proceso de selección interno de meses o incluso
años. Todo está perfectamente medido, se saben los pros y los
contras, se sabe si es el momento o necesita seguir dentro de mi
cabeza un poco más, se sabe si se puede contar y a quien...
A mi alrededor hay mucha gente, unos
saben unas, otros, otras, pero ninguno puede saber todo lo que fluye
en mis sesos porque no estaría tranquilo y porque muchas son ideas
fugaces que no llegan a término.
Yo mismo digo, hablando sola con mi
“celebro”:
- Uy, quita, quita, quita, quita.
Así voy dosificando, y lo que puede
parecer un impulso en realidad solo yo sé la antigüedad que tiene
en mis sesos. Quizás de uno de mis hechos alguien diga:
- Hace años que me dijo que lo haría.
Pero siempre estará el desinformado
que piense que es un volunto más de la Lengua.
Créeme, nada es un casual, soy muy
calculadora, todo está previsto, todo medido. Si me conoces desde
hace años observarás que voy ejecutando, que valgo más por lo que
hago que por lo que digo, pero sobre todo, valgo más por lo que
callo.
Por ejemplo, no puedo decir que en mis
decisiones giro trescientos sesenta y cinco grados si veo que estoy
condenada a entenderme con alguien que no me gusta. No puedo decir
las ideas que me surgen para solucionar problemas que ni me van ni me
vienen, porque ya bastante tengo con los míos, pero si tengo claro
clarísimo lo que haría en el caso de encontrarme en la situación
que están otras personas en este momento.
Si en tu cabeza rebota esa idea desde
hace años, ten los cojones que hay que tener y hazlo.
Yo también tengo pelotas en mi cerebro, y es bueno que reboten y reboten hasta que consigan salir, pero siempre con el consiguiente visado por nuestra parte, no sea que acaben complicándonos la vida. besos chata
ResponderEliminar... yo tengo aviones. Mientras no choquen...
ResponderEliminar