lunes, 14 de noviembre de 2016

ACCIÓN REACCIÓN


Mi casa es grande.
Puedes pensar que a mis hijos les doy demasiada libertad y espacio, que viven como si lo hicieran solos, que podrían descarriarse con toda facilidad, pero en ocasiones ocurre que pasa todo lo contrario. Personas posesivas que están encima de sus hijos cuidándolos como tesoros al final  consiguen que éstos se alejen. Es pura acción reacción.

Hago todo lo contrario y no consigo quitármelos de encima ni con espátula y agua caliente. Podría haber mucha intimidad en esta casa, pero al final, nada tienes porque donde estés, aparecen como moscas a la miel. También les ocurre entre ellos mismos.

Si ven que necesitas intimidad, te la dan, a veces después de unos cuantos gritos y algún que otro ademán de cortar cuellos o partir piernas, aunque casi siempre me dejan mi espacio, voluntariamente, solo con la amenaza de perder la paga.

Si se van es a estudiar fuera de la casa, es cuando te das cuenta de lo mucho que te gustaba aquello, cuando los puedes tener un día a todos juntos, como fue ayer, es cuando disfrutas.

Tienen apego entre ellos, mucho. Se quieren mucho mis hijos, a pesar de haberse criado en esta casa tan grande, con sus espacios independientes, con su vida independiente, con sus libertades.

Creo que a mí, también me quieren muchísimo, a pesar de los pesares, soy lo que les tocó en suerte de madre. Les he dado mucha guerra, y más que les tengo que dar, que aún no he terminado. Entre los disgustos, uno grande será no encontrar mi cadáver. No pienso dejar que me cuiden de vieja, tengo previsto desaparecer, para que ni el entierro les cueste pasta.

Cuando eran pequeños, de vez en cuando me preguntaban que cuando me iba a morir, siempre les decía que cuando estuvieran todos deseando. Espero que sea  de vieja muy vieja y después de fingir mi muerte varias veces, para que así la definitiva no les duela tanto.
Iba a contaros cual es mi plan B, lo del Asilo, pero  ya se ha terminado, porque han venido estas a meterse en mi cama, quieren que abra la peluquería MARICARMEN...

¡No hay quien las aguante! ¡Al final ni siesta ni ná!


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