viernes, 4 de noviembre de 2016

SIN PROPÓSITO DE ENMIENDA

Siento muchísimo ofender, de verdad que lo siento.

Siento muchísimo ofender a las personas que quiero, pero también siento, aunque menos, ofender a otras que ni conozco.

Me resulta extraño recibir el rechazo de alguien que ni me conoce, pero lo acepto. Ha sido el tributo que he pagado por escribir con libertad, por utilizar las palabras que conozco, las que he pronunciado desde niña, por no esforzarme para escribir correctamente y hacerlo fluido y libre, como me da gana.

No me he equivocado en la expresión, no es como me da la gana, es como me da gana, porque si no es así, no me da gana de escribir. Si no me mueve un sentimiento, si no me ayuda la gana, no puedo.

Cuando hace unos días me preguntaban:

-          ¿No te gustaría que te editara alguien importante?

-          Si, por supuesto, pero nunca lo hará.

Nunca me editará nadie importante, porque ofendo. Empezará a intentar reconducirme y yo intentaré ser correcta, pero automáticamente pasará una cosa, que siempre me pasa, que perderé el interés y empezaré a no tener tiempo para eso.

-          Si hombre, cuando ganes dinero, será un trabajo y lo harás.

Es posible que sí, que lo haga durante un tiempo, pero seré como un niño que dice poesías en la guardería mientras mira a la cámara y saluda a su madre, un papagayo.

Nadie me escuchará. Me comprarán, me leerán, pero no me sentirán.

Me encanta la palabra sentir cuando se utiliza de forma, se supone, incorrecta.

-          A ver si un día vamos a sentirlo tocar – dijo mi Juani el otro día.

Es más de pueblo que yo, sentirlo tocar no se dice, si quieres ser correcta, se dice escucharlo.

¿Por qué? ¿Quién estipula que la música se escucha y no se siente?

Como eso todo.

Una vez me dijeron que debían atarme de una cuerda en un descampado, echarme comida de lejos y que no me mezclara con otras personas. Me asusté muchísimo, pero ahora, pienso que seguramente será eso lo que ocurra si alguien me edita.

Me han pasado muchas cosas en estos años, he sentido el rechazo y el cariño. Han intentado pulirme, pero yo quiero ser un mineral. Que me dejen donde estoy si no les gusto, que me permitan permanecer allí tal y como soy, que no se ofendan si les digo, que no quiero ser puro y perfecto a los ojos de los expertos.

Que sigan su camino, que no me lean y así no sufren.  

Siento muchos las ofensas, pero no tengo propósito de enmienda, lo siento, sobre todo por las personas que quiero, porque nunca doy marcha atrás, cada vez estoy más lejos.

LVM

2 comentarios:

  1. puro es el mineral, si te pules, afinas y quitas aristas tendras el mineral transformado, pero no puro como salió de la tierra, luego escribe puro, es lo más honesto.

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