lunes, 21 de noviembre de 2016

GRACIAS

Socialmente soy una carga, por el hecho de tener cuatro hijos y estar sola, encima trabajo solo a media jornada, que te voy a contar que tú no sepas.

Cualquier persona que aparentemente analice esta cuestión, llegará a la conclusión de que cualquier hombre que se me arrime, sufrirá la mayor de las desgracias.

Me duele lo mal visto que está ser yo. En todos los sentidos, aunque prefiero mi vida a la de miles de millones de seres humanos que son preciosos a los ojos del Señor.

Siento decir, aunque no se lo crea ni Dios, que no consiento ser una carga para nadie, por lo tanto, mis hijos no suman carga, solo yo los llevo, y a mí no me pesan.

Las personas que han estado a mi lado, tanto parejas como amigos y familiares, creo que no pueden nada más que decir que doy, incluso suerte.

Doy suerte señores, siempre por casualidades de la vida, la gente a mi lado se recupera emocionalmente, económicamente, encuentran novia o novio… les salen trabajos social-mente bien mirados, no como el mío.

Algunos, hasta se olvidan de felicitarme por Navidad después, porque nada me deben, todo fue un golpe de suerte como yo siempre les digo, aunque lo entiendo, yo tampoco felicito nada más que a las personas importantes de mi vida.

Si no te felicito este año por Navidad, no me lo eches en cara, coño, que estuvimos hablando hace un rato. Tampoco vale si tomamos café hace días. Ni si estuvimos de cañas, o arreglando algún asuntillo.

Hablo de la gente que hace miles de millones de años que no felicito, que no hablé con ellos en todo el año, que posiblemente no me felicitaron para mi cumpleaños ni yo para el suyo, que no se han enterado ni de que mi padre ha muerto, que no saben ni tienen porqué saber nada de mí, a no ser porque lean el blog o miren mi muro en silencio.

Yo también fisgoneo donde no me llaman de vez en cuando, sobre todo cuando el face me avisa de algún evento importante y veo como las vidas de los que pasaron por mi vida, son social-mente más bonicas que la mía, más de palmadita en el hombro del cura, más de medalla de honor.

A todos ellos, gracias por venir.

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