lunes, 4 de junio de 2012

MENTIROSA

Soy una mentirosa y no soy consciente de ello. Suelo mentir continuamente y no me doy cuenta. Sobre todo, suelo esconder mucho el dolor. Si.

Si me preguntas ¿te duele? Siempre diré: no.

Si me preguntas ¿estás bien?, siempre contestaré: si.

Es imposible que a una persona nunca le duela nada y siempre esté bien.

Es sin querer, lo de ser una mentirosa compulsiva. De nada me sirve decir que estoy mal, cuando lo estoy. Bueno, si, solo para que tenga después que contar porque estoy mal o que es lo que me duele. Al final me pongo peor. La verdad no le encuentro ninguna utilidad.

También hay veces que echo mano, como los presos en los interrogatorios, a mi falta de memoria. Otras, es verdad que no me acuerdo. Yo se lo achaco a los partos o aquella vez que casi no salgo del quirófano.

Ya no se cuando me acuerdo o no me acuerdo de una cosa. Utilizo mucho este recurso lo confieso. Luego me pasa como en el cuento de Pedro y el Lobo, que a veces no me acuerdo de verdad y tengo que golpearme los sesos hasta que me sale, si no la gente se mosquea. Eso me pasa por mentirosa.

Siguiendo aquel consejo de mi abuela, “niña tu pregunta que aunque parezcas tonta, al final sabrás más que nadie”, aprendí durante mi vida muchas cosas. Por eso en ocasiones cierro la boca aunque me sepa la respuesta, para no parecer una resabidilla.

Yo le llamo resumir pero puede ser que sea mentir. Tú no puedes decir a todo lo que sepas, ya lo sabía, porque serías una repelente. Pero es que tengo facilidad para retener cosas y que aparezcan cuando las necesito, y tengo muchos años, pero muchos, muchos, muchísimos.

Otra mentira bien gorda, decir que yo ya no me enamoro. Mentira cochina, la verdad verdadera es que yo siempre me enamoro y para siempre. Amo a todo el mundo que se merece ser amado, soy así de gilipollas. A los malos los desprecio y los ignoro, pero no suelo odiar, si no eres malo, malo, malísisimo... 

¡Entonces voy a muerte por ti!

A veces no me enamoro, pero enseguida adopto la postura de amiga comprensiva, hombro protector o entrenadora en el amor, y directamente no te puedes acercar a mí, si no es como amigo. Se me nota un montón, no lo puedo evitar.

Tengo mucha facilidad para retirarme, eso es cierto. Antes me costaba más, pero ya aprendí. Una vez que aprendo una cosa, ya me es más fácil. Siempre ha sido así, tengo dificultades para comprender las cosas a la primera, pero una vez lo hago, ya no vuelvo a molestar. Por eso si me enamoro de ti, no te asustes, al menor movimiento de desprecio me retiro para siempre.

Hoy estoy acojoná, por mi futuro, pero no me preguntes, seguramente te mentiré. 

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