Convencer a un adulto es tan fácil como una sopa china. Con un
niño, es otra cosa.
Un niño necesita hechos y no palabras. Las palabras para él
si van juntas y seguidas se convierten frases sino en sonidos, ruidos y
posiblemente, si son continuadas y reiterativas, serán la música de ambiente
para uno de sus sueños eróticos.
Si, los niños también quieren tener novia. Dar besos en la
boca y abrazos con tocamientos. Quieren tener “pareja”. Quieren escapar de la
soledad de su familia. Tener a alguien a quien contarle lo cabronazo que se ha
portado su padre hoy o lo bien que se lo pasó con cualquier cosa.
Básicamente es lo único que necesitamos es centrar la
atención en una persona y ser correspondidos.
Es como cuando yo le grito a mi niña, y le digo que me mire
a los ojos, y que atienda, y le pego sustos y pellizcos, y finalmente… consigue
aburrirme y que cambie de actividad.
Eso es simplemente una pareja. Yasta. Alguien que acapara tu
atención y concentra tu cariño que se convierte en amor. Alguien con quien
compartir abrazos, orgasmos, masajitos, cariños, ratos con los amigos, viajes,
enfermedades, trabajo y tiempo.
Sobre todo, tiempo.
Tomen nota mis futuros maridos, amantes, follamigos, novios,
o lo que quiera que sea, que seguro será porque yo, lo siento, exceptuando los
momentos de duelo y pena, yo si quiero tener a alguien que quiera compartir el
poco tiempo que me queda de vida.
Me queda muy poco tiempo y solo media vida. No hay que pedir
peras al olmo, ver la botella medio llena, ni sentirse frustrado por lo que no
puede ser. Espero que se valore lo que compartimos y que no se frustre. Nunca a largo plazo y siempre sin querer.
Yo no discuto, fueron muchos años. No lo soporto.
No entiendo alargar la vida a algo que merece una discusión.
Yo aviso y aviso y vuelvo a avisar. No discuto, no hay discusión.
Parece que ha
quedado la cosa en tablas, pero no es cierto.
Un día me pongo mustia y desaparezco. No hay nada que hacer, no hay posibilidad de enmienda, ya estoy mustia, ya no.
No doy guerra, no molesto, sin gritos ni insultos.
No pierdo el poco tiempo que me queda de mi media vida.
LVM
No hay comentarios:
Publicar un comentario