jueves, 25 de octubre de 2012

¡ESPÉRATE!



Espérate que te bese, no corras. Déjame que te aplaste las vértebras, ¿si?
Se que estás preparado. Mucho tiempo esperando. No, espérate que te busque y encuentre. No se donde buscar a ciencia cierta, no hay mapa que describa tus deseos.

¿Dónde encontraré lo que busco? Espérate un momento que te mire. Deja que acerque tus manos a mi pecho. No me toques que tengo fría esa parte de mi cuerpo. Espera que me coma tus impurezas, que desnude tus huesos de carne, que rellene tus huecos.

¿Estás nervioso? Espérate que te aprenda a ser paciente. Espérate que te desespere. ¿Impaciente? Te aguantas o empiezas solo sin mí. Cómete tu nervio por tenerme.

Esta noche te esperas, mírame los labios, los que muevo despacio, busca mi húmeda lengua. Mira como te recorre, te guste o no. ¿Qué? ¿Qué quieres? ¿Cambio de treinta?

Espérate que sienta que me necesitas. Que respirar pasa a segundo plano, que alimentarte no es necesario. Prescinde de mí y mírame jugar contigo.

Soy gusana en tu cuerpo buscando tus debilidades.

Aún no se cual es tu zona mortalmente sensual. La que te hace enloquecer si toco.

Espérate que se duerman los niños, espérate que se termine el trabajo, espérate que mueras por mí de tanto esperar.

Ssssssssss caya. Si, la puse con y griega, ¿y? ¿Qué pasa? sssssssss ¡caya! o te mato.

¡Qué no te muevas te dije, que yo mando!

Esto no es necesario, prescinde de mí y mírame solo. Olvídame si no te gusta lo que ves, o guarda silencio y acepta lo que te tocó vivir.

Ahora que me tienes, lárgate por donde viniste si te atreves, olvida mis adentros, mis humedades, mi sabor, mis movimientos. Que mi lengua no juegue más con la tuya si no tenemos tiempo. Que se paren nuestros putos mundos y nos dejen follar a gusto.

Que mi sexo no se te ofrezca más húmedo y calentito.

Que no te acuerdes de nada cuando despiertes, que pienses que todo fue un mal sueño y que gracias a Dios bajaste aquella noche la cuesta de mi casa para no volver.

¿No has despertado aún? ahora que, ¿qué quieres? ¡PÍDEMELO!

Lo haremos a mi modo, desesperante y cansino, sin temor a que despierten los niños.

Recogeré flores por el campo mientras miras mis caderas, como se ensanchan al agacharse, como te atrapa el deseo de pincharme, sin avisarme, a primera vista.

No espera,¿tienes prisa?

Háblame hasta que no te escuche. Imagíname flotando en el agua, corriendo de tí por un huerto, subida a un árbol para huirte. Quieta, muy quieta, escondida en tu armario.

Descúbreme mirándote, provocándote enfados, sacándote los colores, temiéndome en público.

Me cachearás por ponerte mil trampas antes de hacerte conmigo, antes de hacerme tuya.

¿Cuándo? Mañana será otro día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario