miércoles, 3 de octubre de 2012

R.I.P. DON RECICLÓN



Yo separo la basura desde hace más de dieciséis años. En mi ciudad no existía la recogida selectiva de basura, pero un proyecto iniciado por los vecinos de mi barrio, el Polígono del Valle, donde crecí y me reproduje, nos enseñó a separar la basura. 

Fue un gran timo. Al terminar el proyecto y terminar el dinero, ¿ quée pasó?

Nada, todo el mundo a mezclar de nuevo. Todos, menos yo. Me declaré insumisa. La infraestructura de contenedores continuaba en el barrio y a pesar de que el mensaje de “YA NO HAY QUE SEPAR” corrió como la pólvora por el barrio, yo decidí que no, que seguiría haciéndolo.

Seguí tirando mi basura en los tres adecuados a pesar de que muchos de mis vecinos me avisaban de que ya no tenía porqué hacerlo, que la mezclaban de nuevo en los camiones, como siempre.

Al llegar a mi barrio nuevo, la basura orgánica la cogen de la puerta de casa, muy cómodo, pero yo sigo bajando dos calles a tirar el reciclado.

En mi barrio viejo no hay lugar para contendores, según dicen. Cierto es que las ventanas bajas no permiten un contenedor estándar, pero soluciones hay muchas, oídos sordos, también.

En fin, que sigo reciclando desde el año noventa y seis, que nacieron mis hijos, es lo que hay, yo sigo cumpliendo con mi parte.

Se que hay una leyenda urbana, de que se mezclan las basuras en los vertederos, común a todos los municipios de nuestra geografía.

Se que puede parecer frívolo hablar de reciclaje en estos días, se que me tacharán de gilipollas directamente, pero yo, soy así, peor que un mulico branco tengo la cabecica.

Solo me gustaría enviar un mensaje a los que no lo hacen, si tú no cumples tu parte ¿cómo puedes pedir que los políticos lo hagan? ¿No es la pescailla que se muerde la cola?

No queda ni rastro de DON RECICLÓN, pero yo sigo honrando su memoria, que en paz descanse.

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