Hay que ver como cambia el tiempo las expresiones. En mi
preadolescencia, esta frase se le decía a una chica para invitar a salir. Era
el chico a la chica, porque no íbamos a ser nosotras las que lo pidiéramos para
que nos digan que no y pasar por la humillación tan grande de ser rechazada. Ellos
estaban acostumbrados a recibirlas, eran como la bola de un futbolín pidiéndolo:
¿TE PONES? ¿TE PONES? ¿TE PONES?
Vale, respondíamos. Fin del asunto.
Con doce años yo tuve un novio con diecinueve. De besos y
abrazos solo, claro. Se enamoró tanto que quería pedirle la puerta a mi padre. ¿Pedir
la puerta? Otro día os cuento esta expresión, que seguro que muchos de los que
me leen, no la conocen, por su edad.
Entonces ya era la Lengua muy macho, o
feminista como quieran ustedes llamarme.
-
¿Qué? ¿Con mi padre? ¿Qué tú qué? ¡Qué me vas a pedir a
mí! Yo que soy ¿carne? No tenemos nada más que hablar tú y yo. – Hasta hoy.
Viene de lejos mi contundencia, se debe a mi gran creencia:
- Todo lo que venga detrás será mejor que lo que tengo y si
no lo es, no me arrepiento.
Ahora le dices a alguien ¿te pones? y significa algo bien
distinto. Me pones, puede significar parecido, pero no es lo mismo. Por eso,
desde aquí mi reino escrito, reivindico esta expresión, para pedir besos y sexo
- ¿Te pones?
RECUERDA: Para pedir amistad ¿Te juntas?
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