lunes, 19 de noviembre de 2012

LIMPIO DE POLVO Y PAJA



Llega el día en que todo se calma. Miras a la cara de tus hijos y les pides perdón, por haber olvidado su amor, por haberles dañado, tan solo por un motivo, el amor de un hombre. Es bonito, no digo que el amor no sea importante. Es cierto que a veces necesitas sentirte deseada, que te abracen y te besen, como solo lo hace un hombre, tu hombre. Quizás incluso, nunca tuviste ni echaste en falta esos abrazos porque no te dabas cuenta.

Pero la vida tiene más momentos de felicidad compartidos con el resto de la humanidad. Espacios perdidos en pro del amor.

Una vez que dejas el pasado atrás, te liberas definitivamente. Comienzas a rellenar tus días con momentos realmente felices, disfrutando verdaderamente de todo, sin el resquemor de un fracaso sentimental, un engaño o un imposible.

Cuando uno consigue llegar a ese estado donde todo esto ocurre, es cuando realmente se siente curado del pasado, es entonces cuando el futuro te espera limpio de polvo y paja.

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