miércoles, 26 de diciembre de 2012

HAPPY END



Cuando dos personas conectan de esa manera, de esa que se reconoce, hay que disfrutar.

Hablar de mil cosas distintas, de las tristes, las serias, las cachondas, las guarras.

Exponer los deseos sin medir palabras, sin medir gestos, sin hacer esto que se lleva tanto, eso de: no le hablo hasta que no me hable.

¡ANDA YA!

El tiempo nos dice a los que ya tenemos nuestros años, que cuando todo termina, queda en el recuerdo una bonita experiencia, solo si se disfruta el durante y no se llora el final.

Para no llorar el final, debemos visualizarlo desde el principio. Solo sufren los que esperan morir juntos de viejos.

Para no llorar el final, hemos de verlo como la muerte, algo que ha de llegar cuando menos se la espere.

Con lo bonito que es dejar en el recuerdo a alguien que no es capaz de ventosear delante tuya, que se cuida para ti, que se prepara para hacerte el amor, que cuida el ambiente a detalle, que ansia el momento.

Eso, no es duradero.

Y si dura sin querer mucho tiempo, pues fantástico, pero que nadie llore el final, que estaba avisado desde el principio.

Yo creo en los finales felices, aunque no lo sean para los demás. Yo pronto me despediré de mucha gente y será un día feliz. Organizaré una gran despedida y haré que todos y todas guarden un buen recuerdo de mí, para el resto de sus días.

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