Hablan
y hablan, beben y ríen, su sexo se humedece, el suyo se endurece, pero saben que
no seguirán adelante, hoy no, ya no.
Ya
encontramos nuestros futuros en otra parte.
Ya
tenían relaciones más razonables, la vida hecha, las cosas normalizadas.
Los
años habían pasado, llenos de experiencias para ambos.
Encontraron
algo parecido a lo que tenían, pero con las personas adecuadas, con el
beneplácito del mundo, sin tener que dar explicaciones del porqué de lo suyo.
Pero
aquel día, se volvieron a cruzar. En sus vidas siempre el peligro de su deseo
mutuo. Una sola noticia del otro, les hacía despertar a los instintos más
ocultos.
Pero
a su lado estaban, estaban acompañados y sus fantasías ejecutaban con ellos,
engañando solo en pensamiento.
Con
la moral tan recta, no podían permitirse ningún desliz.
Esa
tarde, todo transcurrió ente dos amigos inseparables,que conectaban y se
contaban las cosas que no le contarían a nadie.
-
Cuenta, cuenta.
-
¡Cotilla!
Y sin
darse cuenta, cada vez están más cerca. Y sin darse cuenta cada vez la cosa más
caliente. Y sin querer, sin poder, ella le toca el pelo de nuevo.
-
Sigues necesitando un buen peluquero, no me gusta este corte.
-
Pélame tú.
-
No puedo, ya sabes que no puedo, tocar tu pelo.
-
Y yo, ¿puedo?
-
¿El qué?
-
Tocar tu pelo.
-
No puedes no, no, no, no, no me toques el pelo
- Ya está hecho.
Se rinde
y le besa el cuello, se rinden y se rinden y comienza el juego. De tiras y
aflojas:
-
Suéltame.
-
No quiero.
-
Déjame tranquila, suelta mi pelo.
-
Tú te callas.
-
Si no puedo decir nada
-
Por si acaso.
-
¡Ay!, suéltame que no puedo.
-
Si tiro flojito, apenas un tironcito.
Ella lo
mira con el miedo de la que traiciona sus valores. Él la mira sabedor de que
esa noche, meterá la pata y algo más.
Y se
besan y se abrazan y sus respiraciones aceleran.
¿Qué
tiene él? ¿Qué tiene ella? Que
veneno tan fuerte, que droga más duradera.
Pasaron
los años sin tomarla y siguen las ansias. Se dan cuenta de que comieron porque
hay que comer y ya está. Y en un momento todo arde, la chimenea y sus cuerpos y
se desnudan frente al fuego se preguntan:
¿Porqué lo hacemos?
-
¡Para, para! No sigas, vete ahora mismo de mi casa.
-
¿Me voy? Si me lo pides me voy.
-
Te lo pido.
-
Me voy.
Y al
separarse solo un metro, sus cuerpos se lanzan de nuevo, y se desnudan deprisa,
para evitar arrepentimientos, no necesitan estimularse, llevan soñándolo mucho
tiempo. Y se insultan por el tiempo transcurrido, comiendo de otros cuerpos, bebiendo
de otros senos, de otros sexos, de todo buscaron sin encontrar eso, eso que
tenían desde el principio sin saberlo.
Y se
aman y se aprietan y se arrancan el alma a mordiscos y se quedan rendidos,
dormidos.
Todo
terminó por fin, que no vuelva a ocurrir.
Me encanta Lengua...
ResponderEliminarEs lo que puede pasar cuando la gente se obliga a intentar ser políticamente correcta. Apasionante el relato. Enhorabuena.
ResponderEliminarcentrate ya de una vez, que nos tienes en vilo.............que si voy que si vengo que si no te vi te la encuentro..........
ResponderEliminarSeeee, es lo que pasa con algunos ex, que te descentran anónimo, mmmm
ResponderEliminarGracias a Antonio M, por seguir leyéndome, mi ojo favorito, y a mi Nela, por empezar. Besicos
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarA veces pasa y a veces no pasa, me trajo recuerdos del pasado, recuerdos de leña y fuego. Bonito relato Lengua.
ResponderEliminarApasionado relato de un intento fallido de contención sexual, amiga LVM.
ResponderEliminarMe encanta.
Besos.
Eusebio GB
Eusebio GB
Me lees la mente.?? Yo me encuentro en un proceso parecido, donde el paso a tomar puede ser muy determinante para ambos.
ResponderEliminarDespués de leerte, ya tengo más claro el camino a tomar. Gracias Lengua.!!
Si en algo pude ayudarte amigo Miguel, pues no veas que premio para mi. A veces las respuestas están en una tontería que lees por internet de una loca amiga. Genial!! mucha suerte y valentía !!!!
ResponderEliminar