Cuando muere un animal convulsiona y grita. Este mundo se está
muriendo.
Seamos necios y pensemos que nos salvaremos, que pronto
encontrarán el antídoto y nos recuperaremos.
¡Qué va!, este mundo
se está muriendo y yo me alegro. Espero que espire pronto y nazca un mundo
nuevo. Este mundo consumista terminó por fin.
En el mundo nuevo los padres no recomendarán a sus hijos
comprar ladrillos y tierra, a ser posible cerca. En este que está naciendo, les
enseñaremos a vivir con lo puesto, a viajar para buscar trabajo, a amar el
desarraigo.
Algún día me libraré del ancla que me sembró en mi tierra. Dejaré
a mis hijos un buen sabor de boca, velaré por sus vidas pero no seré carga para
nadie.
Aprendí a amar la soledad, acompañada de la gente que me
quiere, pero desapareciendo para que descansen de mí.
Soy un alma peligrosa, ansiosa y retorcida. No soy capaz de
hacer una vida simple. No regalo colonias ni corbatas. No soy capaz de amar con normalidad.
Alguien me dijo hace poco: “Él se lo pierde”. No amiga – le contesté
– Él se libra.
Yo quiero que lloren mi nombre como un niño chico,
que pidas ayuda a tu Dios para que vele por tu alma.
Quiero que golpees tu cama con rabia.
Que conserves mi olor en tu recuerdo,
que me pidas en una noche amor eterno.
Que lo sueñes despierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario