miércoles, 6 de septiembre de 2017

ASESINO EN SERIO

Me ha despertado un vecino de Jaén que lloraba, gritaba y se golpeaba contra las paredes  desesperado, como si fuera un muerto viviente. Llamaba entre sollozos  a su mentor:

-          ¡Poker! ¡Poker!

Tendrá más o menos la edad de mi hijo, por lo que escucho me lo imagino lleno de sangre como si lo hubiera arrollado un tren, pero no es verdad, quizás como mucho se habrá meado encima, su daño es interno.

Todo el día intercambiando estampitas de fútbol a la vista de todo el mundo, tarde o temprano tenía que pasar que alguien terminara su colección a falta de una.

No es la primera vez, pero  esta noche no puedo dormir. 

Mirando  atrás en el tiempo imagino como hubiera sido este muchacho de no haberse encontrado con su asesino. ¿Cómo es posible que alguien viva de eso y nadie haga nada?  Asesinar personas poco a poco es un buen negocio, pero ver como mueren a la puerta de tu casa es impresionante. 

No es lo mismo que te le falte pan una mañana y le llores al panadero porque ya ese día no podrás comer los huevos fritos con pan crujiente, a que se haya terminado algo que duele tanto cuando no está.

Ya no se ve como en los años ochenta, pero siguen ahí los adictos. Son más discretos , aunque siguen siendo víctimas del negocio. 

Muchos somos los adictos a una u otra sustancia:  café,  cocaína,  tabaco,  alcohol,  analgésicos, tranquilizantes… todos podemos nombrar una necesidad corporal que podría sacarnos de la cama para buscar la sustancia. ¿Cuántos de vosotros no habéis buscado tabaco en mitad de la noche? ¿Cuántos no hubierais llorado un poco?

Pero no de esa manera ¡cómo lloraba el chaval!

¡Cómo suplicaba que le abrieran esa puerta, qué pena!

Bueno, a ver qué pasa mañana, a ver a qué espera nuestra policía para actuar. ¿No dirán que no lo saben, no? ¿Qué les pasa a los cuerpos de seguridad, están buscando el Santo Grial?

En Jaén no ocurre nunca nada, claro, se vive muy bien parapetados y escondido dentro de la garita. A veces y solo a veces una vecina interrumpe el descanso.  Seguro pensarán que es la loca de la vecina que está todo el día molestándonos, ahora como no consigue nada, pues se dedica a escribir. 

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