Lo gratis no se valora.
¿Qué gano yo? Dime ¿Yo qué me llevo?
Si estás pagando por un
servicio lo aprovechas, le sacas partido, es el mejor del mundo porque si no
serías gilipollas pagando por una mierda, pero cuando alguien ofrece su ayuda
desinteresada, cuando alguien te
aconseja lo mejor para ti, entonces, no termina de encajar.
Cuando la vida regala algo desconfías. ¿Por qué? Es este el momento en que las personas empiezan a hacerse preguntas y valorar.
Recuerdo cuando era monitora voluntaria con niños, más
de quince a mi cargo, me preguntaban los padres que por qué lo hacía teniendo
cuatro y como conseguía que me hicieran tanto caso. Es fácil, lo único que tenían
que hacer los niños para que yo volviera es hacerme reír, hacerme feliz, darme
muchos besos y abrazos, tocarme el pelo, decirme lo guapa que soy y lo joven
que me veo a pesar de que ya por entonces rondaba los cuarenta, eso y solo eso
es el pago, ahora que si no me pagan, me voy.
No me valen las disculpas, no perdono, abandono.
Solo entonces es cuando me valoran, cuando
sienten mi ausencia.
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