sábado, 2 de septiembre de 2017

POR SI ME MATO OTRA VEZ: PRÓLOGO

Prólogo

Es muy difícil escribir, mucho más que leer. Leer es algo tan personal que  queda para uno mismo, pero escribir es mostrarse. Creo que aún es más complicado escribir de alguien sin que aquello parezca un panegírico o unos juegos florales llenos de alabanzas y loas. Confieso que este... vamos a llamarlo prólogo, es el enésimo  y no hay manera de hacer algo aceptable; sí que sé una cosa: en cualquier caso será el último, lo que no puede ser no puede ser.

A Mamen la tengo por la “mujer desversada”; sí,  esa es una definición correcta de ella, mujer desversada. Ahora viene lo malo: explicar esto.

Es como una verso suelto, la rima que no rima, la nota discordante, el renglón repetido en un libro, el grifo que gotea, el sol entre la nubes, los 3 centímetros que le sobran o falta al mueble, la hebilla rota, el tirante que se suelta, el lápiz despuntado, el teléfono sin saldo, es esto y mucho más,  así como todo lo contrario de  lo dicho.

Que escriba y publique ya me parece un acto heroico, pero que escriba de la manera que lo hace, a tumba abierta, sin dejar nada en el tintero o en todo caso muy poco y más por prudencia que por otra cosa, me parece no ya heroico, sino memorable. Con el “por si me mato otra vez” al fin y al cabo lo que trata de dejar memoria de una vida, que aun siendo muy joven ya tiene vivida un tramo con experiencias vitales nada cotidianas. De otra forma díganme, ¿es habitual parir de dos en dos? Y esto es para contarlo, lean el libro, les aseguro que esta parte es especial, todas lo son,  por una u otra cosa, este es un libro para conocer a Mamen Barranco en las distancias cortas.
Al final, el verso rima, la nota suena, el renglón repetido se borra, el grifo se arregla, al final el sol se impone a las nubes y brilla, el mueble se adapta, la hebilla se cambia, el tirante se cose, al lápiz se la saca punta y al teléfono se le pone saldo. Con esto quiero decir que Mamen ha de verse en situación extrema y de presión para sacar todo su arsenal de palabras y recursos, en forma de libros, poesías, bichas, colgantes, puzles o lo que sea para afrontar lo que se venga encima, no cabe un “no”, como dijo una vez “si no hay solución, se busca”.

No existen los retos fáciles, ni tampoco los caminos que se recorren sin esfuerzo. Siempre hay inconvenientes, decisiones difíciles de tomar y compromisos que atender. Muchas variables para saber cuál es el camino correcto desde el principio.

Con el tiempo piensas que no debiste coger ese camino, pero no hay que mirar atrás. Aprender sí, aprender de las decisiones incorrectas es necesario, sino, ¿de qué nos sirve lo recorrido? No sacamos nada echando la vista atrás. Un paso al frente no debe darse para alejarnos del pasado sino para acercarnos un poco más al horizonte.

Al menos, si escoges tu camino puedes sentirte feliz de haberlo escogido por ti mismo.

Mamen ha escogido su camino, es capaz de equivocarse y tomar otro y así hasta que sea una vieja muy vieja y no sepamos de ella ni dónde está ni con quién anda ni nada de nada, no es su estilo darnos malos ratos.

A leer, aun los muy amigos de Mamen, vais a verla un poco más de cerca, lo garantizo.                


                    Anonymous.

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