Hay personas en este mundo que me deben hasta la misma vida,
pero por eso no se la voy a pedir ¿no?
Soy una locomotora, tiro de los vagones y no pienso a quien llevo colgando, cuando estoy cansada me paro y ellos que choquen entre sí. Arranco al día siguiente y soy más feliz que una mierda que te comas, como decían mis niños de mi asociación.
Soy una locomotora, tiro de los vagones y no pienso a quien llevo colgando, cuando estoy cansada me paro y ellos que choquen entre sí. Arranco al día siguiente y soy más feliz que una mierda que te comas, como decían mis niños de mi asociación.
Si alguien algún día pensó que debía agradecerme algo, que me debe una o más de una, lo libero de ese pensamiento, yo no miro a quien llevo colgando y no puedo parar.
Nada me debe nadie y no pago más.
Tiempo atrás servía conmigo el chantaje emocional por agradecimiento, ya no. Me deben más de lo que debo aunque sean distintos pagadores, si hay personas que se indignan porque no les pago, que piensan que se les debe algo, le puedo ofrecer a uno de mis deudores de esclavo, me sobra seguro.
El trato puede ser curioso, la gente que conozco es muy dispar...
¡La que puedo liar!
¡Anda que al que le toque mi Alonso!
Me debe además de la vida un nuevo comienzo, solo de este año un uniforme para el nuevo Colegio Andrés de Vandelvira, donde recibe un trato parecido al que tiene en su casa, una educación igualitaria y en libertad.
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