sábado, 24 de marzo de 2012

YA NO FOLLO

El contacto de su voz, llevaba días haciendo de las suyas en el interior de sus pensamientos. El roce de sus palabras, las risas arrancadas. Todo se estaba convirtiendo en un caldo de cultivo que le hacía olvidar de nuevo, quién era, donde estaba, cual era su situación, que debía y que no debía de hacer. De nuevo se abstraía tanto que olvidaba cuales eran sus obligaciones. Separaba su vida de ella. Estaba presa de su vida, pero seguía siendo ella. Una persona ante todo.

Lo abrazó con ternura, como si fuera un niño pequeño escondido bajo su pecho. Hacía tiempo que no abrazaba a un hombre. Intentó evitarlo, pero como vampira a la que le ofrecen un cuello de sangre caliente, sus instintos tan desarrollados por la genética y la práctica, la dominaban.

Nunca lo negó, fiel hasta la médula pero caliente hasta fregando platos.

Su personalidad se tornaba según quien tuviera delante. Era capaz de ser desagradable con sus palabras y fría en la cama, con según quien.

Ya no volvería a hacerlo. Ya no volvería a follar por follar, o porque toca, o por quedar bien. Ya no volvería a besar por besar, o a no besar.

Aprendió a ser un poco más paciente, y a dejar que los sentimientos fluyan antes que los instintos. Sabía la diferencia entre hacer el amor y follar, ya no volvería a follar.

La pasión con que se entregan dos cuerpos que hacen el amor, no se puede comparar. El hambre con que se comen, el deseo acelerado, sin guión.

Follando se establece un guión de forma inconsciente. Hacer el amor es otra cosa.

Aquel día se abrazaban como dos niños pequeños, buscando el cariño que no encontraron en su infancia. Eso les hizo cariñosos, amorosos y muy cercanos. Solían toquetear y abrazar mucho a todo el mundo, motivados por sus carencias infantiles, buscando siempre ser correspondidos.

Pero no lo fueron nunca. Nunca. Nunca. ¡Nunca!

Siempre daban sin recibir. Quizá era ese su defecto. No aprendían la lección. Suele ocurrir que cuando ofreces amor, recibes desprecio. Pero ellos seguían ofreciendo más de lo mismo sin encontrar correspondencia.

Allí estaban, abrazados y confusos. Desconfiando el uno del otro, como era natural.

CONTINUARÁ ...

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