viernes, 13 de noviembre de 2015

HOY TE FOLLO MEJOR

Llego a casa del trabajo, muerta de cansancio. Me encantaría follarte esta noche. Sabes que es cuando más me gusta, cuando apenas si puedo arrastrar los pies hasta mi cama. 

Llego descalza a mi dormitorio. 

¡Allí estás!

Pensaba ducharme, pero ya no. Se que te encanta como huele mi coño después de todo el día trabajando. 

Un día cualquiera, entre semana. 

- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? ¿te metes en mi casa sin avisar?

- Encima que te estoy calentando las sábanas. 
- Son de coralina, no lo necesito. 

Abre sus piernas a la vez que mis sábanas, dejando ver su polla, bastante tensa para no haber empezado ni a hablar. Se ofrece risueño, como él sabe. Me desnudo mientras mira. Enfadada, no me dio tiempo a ducharme. Con el pelo del trabajo en la obra, el polvo aún en la piel, y sin  escapatoria. 

Me abraza y espera que se me pase el enfado. 

¡ No puede ser todos los días follar! la rutina cansa. Seguro que hiciste copia de la llave. Yo tengo que dormir bien alguna noche, que trabajo mañana y tarde. 

Sigue ahí, abrazado, esperando que se me me pase, sé que se está riendo, le regaño:

- No te rías. 

Le meto un codazo.

Se siguen escuchando las risas a boca cerrada. Otro codazo. 

- Vale, vale, vale, solo dormir y besicos, ¿vale?

Levanta las manos en señal de rendición. 

Está muy caliente, y yo húmeda y fría. Me mojé en la moto, estoy helada. ¡Qué caliente está!

A ver ahora como consigue bajar esa erección. Me está clavando toda la polla en el culo y luego dice que solo abracicos.   

Besico en mi espalda. Paso. 

Otro besico, mueve una mano. Verás. 

Mucho tiempo esperando, toda la mañana pensando, no puede ser que no baje el ritmo, todos los días igual. Luego se pone malo y le echa la culpa a lo que ha comido, si es que no puede ser bueno para el cuerpo tantos mimos. 

- Normal que tengas miedo, si te pillo te reviento.

Silencio, mejor no contesto. 

- Este culo es mio, ¿no? 

Mejor me callo. 

- Mira aquí que frío está, ¿te lo caliento? 

¡Qué calor! no tenía que haber puesto la coralina todavía.

La verdad es que me gustan mucho sus besos. Su boca y mi boca se entienden más que nosotros. Me gusta cuando me habla con esa vocecilla de niño de colegio de curas. Cuando termina las frases con un si interrogante. Lo callaico que está para ver si se me pasa el enfado y me echa un polvazo. Nunca tiene basante, y si no hay sexo se pajea. Es natural, es así, un guarro. Un cerdo mejor dicho. 

Me doy la vuelta, más vale. Que con el culo tan frio y el la polla tan dura, esto no tendrá un final facil de resolver. Al final te follo mejor que nunca. 

- ¿ Qué pasa? ¿No es solo besos? 

Ya empieza otra vez, con esa cara de perrillo mojado en mitad de la noche. 

- Vale, sabes que tu boca es lo que más me gusta de tí, podría correrme solo con tu boca, aunque estuvieras dormida, solo mirandola. Sabes que es tu parte fuerte, la más fuerte, la más apetitosa, nadie igualó .... 

- No eres pelotillero ni na. 

Si no lo callo metiendo mi lengua en su boca, sigue haciéndome la pelota. Al final voy a acabar follándomelo, mira que hoy pretendía dormir. Me gusta follar cuando estoy reventaica, pero no puede ser todos los días, luego no rindo.

Una vez que empiezan los besos, ¿no le vas a coger la cara? 

Una vez que comienzan los besos, ¿vas a parar esa mano que baja?

Una vez que comienzan los besos... 

Una vez que le como la boca, ya mi coño se calienta y no miro la hora que es. Ya no se puede parar el deseo de siempre, desde aquella primera noche que nos hablamos, desde el primer día que nos besamos, desde el primer momento... 

Una vez que comienza todo, ya sé que por mucho que me enfade, te voy a follar. Porque sé que me das sexo del rico, del bueno.

Y nos tocamos, con brazos y piernas. Y apretamos el pecho. Y el roce de mi coño en tu pierna te da la información suficiente. Lo has conseguido cansino, hoy te toco. Despacio, con tiempo. 

Ya no duermo.

Hoy te como, porque me gusta, no porque me lo pidas. Pero... mejor pídemelo, que también me gusta que me lo pidas y me hagas la pelota. 

- Venga, nena, cómeme
- ¿El qué?
- Nena... 

Esa cara de niño repelente, sabiondo y pelotillero no hay quien te la quite. Me pone muchísimo el tono en que me hablas, las tonterías que me cuentas, lo poco que me cuentas, siempre pensando en lo mismo. 

Y me como tu pezón, el izquierdo, sé que te golpeo fuerte con eso. Me encanta ver tu cara descompuesta. Y bajo agarrando tus pezones con las manos, para que sepas lo que voy a hacerte. Lo que más te gusta. Bueno.. lo segundo que más te gusta, lo primero no se dice. 

Y te como la polla, si, la polla. Me tienes harta. 

Abriendo mi boca más que nunca, más guarra que nunca.

Hoy te follo.

Ya que estás aquí, ¿qué se le va a hacer?

LVM

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