lunes, 2 de noviembre de 2015

MIS COSAS

Yo no cambio mi vida por la de nadie. Sí, estoy siempre trabajando, vale, no tengo ni intimidad para una noche de sexo desenfrenado, que le voy a hacer si tengo que gritar como una energúmena para conseguir un SI y luego yo lo pongo después de todas las preguntas. 

No me sale otra cosa, es la respuesta de fábrica. Tendría que volver a nacer. Entrenarme para decir NO, porque yo siempre pienso:

-          ¡Coño! ¿por qué no?

Bueno, pues aun así, con todas las circunstancias que describo a diario, siempre penando con alegría, a pesar de los pesares, yo feliz… y otros arden.

Yo no cambio mi vida por ninguna. Algunas vidas menos todavía.

Vértigo me da de pensar que tuviera que vivir la misma vida que vivía antes de iniciar otra vida nueva. Aburrimiento de pensar que aún estoy haciendo las cosas que hacía con cualquiera de mis ex. 

Aún con vidas felices, tranquilas, organizadas, desocupadas, relajadas… a simple vista mejores, no las cambio. Yo en esa vida no sería feliz, es más, seguramente mataría a alguien antes de un año y acabaría en la cárcel.

Mi vida es un drama, una comedia, una película de terror, una noria, desconcertante, insegura, estresante, incómoda…Nadie viviría esta vida conmigo, a no ser que estuviera loco.

¡Qué suerte tengo! Mucha y de la buena.

Si pienso, voy a conseguir esto, voy a conseguir lo otro, me pongo emperraica perdía, sin medida, con la fuerza de un loco, y al final, lo consigo. Una vez conseguido, a por otra cosa.

Gracias a esto y por mi culpa, hoy mi Blanca estudiando fuera con su contrabajo nuevo de mil ochocientos cuarenta y seis euros. 

Por eso mi José continúa con la ebanistería en Úbeda.

Por eso estoy tranquila porque sé que cuando necesite para los otros dos, tendré.

Tengo el tiempo justo para montar mi siguiente negocio, mi granja. Si, Jajajaja, reíros, reíros.

Una vez la termine, tendré que afrontar otro negocio familiar, que lleva esperándome y al que llevo años esperando. Vendrá en el momento justo, a la hora acordada. Justo cuando El Barco de Pocagua comience a funcionar.

Así llevo años, no haciendo caso de nadie. Nadie hubiera hecho la casa que hicimos donde la hicimos, con ayuda de mi padre y de un amigo inseparable. Hoy fue una gran idea.

Me gusta levantar cosas, lugares, agrupaciones humanas que no valen nada, que están decadentes.  Donde me meto  al final, lo llevo arriba, se llena de gente, de vida, de estrés, muchas risas y maldiciones para mí.

¿Cómo lo consigo? Trabajando mucho.

Después me voy a otra cosa y que descansen en paz.

Sé que la decisión de dirigir en soledad esta familia, fue fuerte y dolorosa, que la tomé de forma completamente unilateral, que tengo los cojones muy gordos, pero coño, existen otras vidas que continúan y continúan de la misma manera precaria, viendo pasar los días en el mismo círculo de desamor, tristeza y decadencia.

Una cosa lleva a la otra, mi decisión de dirigir este barco sola, conduce a la dificultad apareamiento figurado ¿Y? Lo asumo, no podré casarme hasta dentro de cinco años, cinco meses y doce días. 

Para entonces, ya viviré de mis rentas, sin herencias de nadie, estará funcionando mi Barco y mi, mi, mi, otro negocio, que luego no hacéis nada más que reíros de mis cosas.


LVM

No hay comentarios:

Publicar un comentario