Hoy era un día cualquiera, pero se hizo gris.
Hoy me volvió a decir te quiero,
me entristezco por dentro.
No daré más oportunidades al amor, ya perdí bastante.
Acostumbrada estoy pero no soy tonta, eso no le gusta a nadie.
Porque tengo muy buen ojo,
ahora que lo abrí de par en par,
y llevo el otro cerrado para apuntar.
Yo también te quiero no lo olvides nunca.
Pero no puedo conseguir, todo lo imposible, solo casi todo.
Por mucha rabia que tenga,
no puedo coger de un puñao
y arrugar el mapa de la vieja,
ni saltar de doblez en doblez,
para amarte cada noche,
para tenerte a mi lado cada día.
No puede ser lo que no se puede,
y lo que se puede, no me gusta.
Así que intentarlo ¿para qué?
Para volver a perder,
y esbozar mi sonrisa de buena deportista.
No hay un día para demostrar el amor,
ni mucho menos un regalo consumista que lo haga,
no participo del sistema,
no compro con dinero las carencias
de una demostración de amor verdadera.
Todos los días te demostraré que te quiero
y estaré aquí siempre, siempre
y el que no te quiera no lo quiero.
Estaré aquí aunque no me necesites,
seguiré aquí aunque no me veas,
continuaré a tu lado aunque no me escuches,
aunque no me sientas.
Todos los días además de hoy, hoy también.
Yo tambien soy de la opinion que el amor se demuestra a diario, y no solo en un dia inventado por los centros comerciales. Buen texto. Un abrazo.
ResponderEliminarSi no tienes la necesidad de demostrarlo a diario, no lo tienes. Para que hacer el hipócrita regalando en nombre del amor ese día.
ResponderEliminarGracias Antonio m. por tu comentario, son tan escasos hoy en día.
Un placer. Saludos de un andaluz en Madrid. :)
ResponderEliminarAnda mira, entonces conocerás a mi Joselete, un Jaenero en Madrid, jajaja, a no que Madrid es muy grande, ya me di cuenta esta navidad, aterricé por Carabanchel pero no de turista, no. ¿sabes? el metro fue una gran experiencia, no me refiero al tren, a la observación de sus gentes, mi cabeza bullía bullía a todo tren con los detalles de personas, conversaciones, indumenatria, ... fue como la leche condensada, con lo que a mi me gusta observar a las personas.
ResponderEliminarUn ojo, una boca, un ojo, una boca, otro ojo, otra boca ... mola
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