miércoles, 15 de febrero de 2012

¡QUE TE MUERAS TU SI NO ES VERDAD!

En una barra de cañas, tres maestros, una procuradora, una agente de seguros y una Lengua.

Interrumpidos una y otra vez por la voz escandalosa de una gitana, que no alcanzan a ver, pero que no les permite conversar tranquilos.

Miradas y pensamientos prejuiciosos contenidos. Cierto es que su voz es más alta, cierto que habla de sus cosas sin pudor, cierto es que bebió de más.

De pronto lo más sorprendente para el grupo, se reconocen las amigas, esa voz me es familiar ¿Loli? ¿Mamme? Ah! Grito de alegría inesperado precedido de unos cuantos saltos. Pequeñitos que ya no tenemos edad de tonterías.

Me recordó cosas que yo no recordaba, como aquella vez que dice la Loli que todo el mundo en el instituto preparaba actuaciones para fin de curso, días y días de ensayo, y nosotras pasando. Luego a última hora nos dió envidia, y por la mañana nos miramos y decimos: “¿nos apuntamos? … amos”. Y salimos improvisando, cosas que hacíamos a diario pero no en un escenario. Y dice la Loli que ganamos el primer premio.

- Loli, yo no me acuerdo, ¿seguro que el primer premio?
- Que te mueras tu si no es verdad, nena, que te mueras tu.

Y así que ratico más bueno, que montón de cosas hicimos, no fue nuestro primer premio, el otro si lo recuerdo. Decorando las clases hicimos un laberinto cromañón, con papel y cartón. Y nos escondíamos a asustar a alumnos y profesores. Ese si que fue un primer premio, y además lo recuerdo. Pero sobre todo recuerdo bien, que después de tantos días trabajando, lo mejor fue cuando limpiamos. Romper aquel papel marrón a patadas y puñetazos, ¡ qué un manojo de nervios todos!, como niños chicos lo disfrutamos. No tanto con la tierra que echamos en el suelo, no te das cuenta, vas metiendo, vas metiendo...

Fue una de las primeras gitanas en ir al instituto, hace ya muchos años de esto que os cuento. Su padre la quitó porque veía que se la iba a llevar un payo. Y al final la niña no fue al instituto, pero se casó con un payo como ella quiso.

- Una gitana modennna, nena, mírame encima divorciá.
- Y yo.
- Si es que somos las mejores – decía Loli, con la moral muy alta.

Me quedé con su móvil. Volveremos ha hacer cosas juntas. Alguien como ella, con ese pedazo de capa de la risa, capaz de reírse hasta de la muerte, como aquella vez que nos encontramos en la peluquería:

- Hombre Loli, ¿como estás?
- Pues mira, aquí, viva. Que ya tenía que estar muerta y mírame, hueca pero viva.

Superar esa enfermedad como tu lo hiciste con ese humor, no tiene mérito cuando alguien nace como tú de positiva. !OLE AHÍ TU COÑO!

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