Cuando una mujer con hijos se divorcia, es mejor perder las esperanzas de tener algún encuentro íntimo y tranquilo con ningún hombre. Normalmente los hijos son para toda la vida en nuestro caso, encima, orgullosas.
Y es que para nosotras no existe vida después del divorcio,
sexual me refiero. Para nosotras, claro, ellos rehacen bien rápido.
Tu familia se preocupa mucho por ti y está todo el día pendiente. Viene sin avisar a echarte un cable, a hablar, a ver como estas...
Así es imposible que no te pillen, no lo intentes te pillarán.
Tú le dices una y otra vez: “ que avises, que no vengas, que cualquier día me sorprendes copulando, que soy una mujer joven, que te estoy avisando”.
Pero ellos piensan que eres muy graciosa y que siempre estás limpiando, ¡encima que vienen a echar una mano!.
Y tu hermano viene con la brocha a pintar; tus hijos que olvidaron cualquier cosa, viene con su llave y entran hasta tu dormitorio; tu niña que quiere que la peines para salir.
Y si alguno no puedes venir, me mandas al electricista, justo a la hora que has quedado para el encuentro.
Por eso, tengo que decir hoy al mundo entero, a todos los que me queréis… os quiero pero,
a todos los vecinos y vecinas
a los que reparten publicidad
no llaméis al portero que estoy copulando.
A los que hablan raro, a los que hablan claro,
a los que corren por la calle, a los que van andando,
a las amas de casa, a los dueños del cortijo,
a todos juntos os digo:
¡ Que no vengáis que estoy copulando !
A los que fuman bajo mi ventana,
a los perros y los gatos
no os peleéis que estoy follando.
A los bajitos
a los estudiantes sin flequillo
a mi padre
a mi madre
a mi abuela
que estoy copulando
no vengas.
A la vecina del quinto,
vivo en una casa,
pero viene de otro piso.
Al cobrador de la asociación
al trabajador que busca un testigo
al yonan con su guitarra
a los que olvidan los deberes
a los que se dejan las botas
a la amiga que me trae la revista de punto de cruz,
“vente cuanto antes,
vente de cuatro a cinco
vente y te vas
que quiero copular un poquillo”.
Y pegado en la nevera con el horario de los niños, puede leerse este aviso:
“LOS VIERNES DE SIETE A OCHO, MAMÁ COPULA UN RATICO”
Y te llaman ¿Qué estás haciendo?
Limpiando y copulando,
pintando y copulando,
espera que acabo pronto,
que ya casi me corro.
Y hasta un comercial telefónico, te llama en ese momento
con el portero en una mano y el teléfono atendiendo
mientras el amante apresurado tus bajos se va comiendo.
Al final, una fila de gente llamando al portero
¿ has terminao ya ?
estoy que me meooooo.
La vecina que necesita que le haga un escrito
el que me pide consulta sobre sus nóminas
todos los que nombré antes,
y por supuesto mi madre.
Y el pobre amante sale a la calle
Temeroso,
todos en corro,
y le pegan pescozones,
jugando con él a la X
anda tira tira tira,
¡ QUÉ NO VUELVA A OCURRIR !
¡Al menos esta vez no se le olvidaron los calzoncillos! jajajaja
ResponderEliminarMenudo texto, muy bueno Lengua, muy bueno.