BORDE

Siete euros y cincuenta y siete céntimos me quedan en la cartilla, pero no le debo nada a nadie, la hipoteca está pagada y mis niños ya tienen sus pagas de los viernes.  

Este mes ha sido Sodoma y Gomorra, descontrol total: 

Barcelona, Bilbo, Sevilla, cumpleaños de los chicos… peor que un mes de septiembre.

¿Tú sabes lo a gusto que se siente una cuando puede con todo?

¡SOLA!

Sigo metiendo deditos en los ojos, lo siento, no son lo mismo las palabras que los hechos.  

Ya legalicé mi marca y pagué. Ya fui a visitar a Hacienda, que somos todos y me hicieron cliente, de los pequeños, de los de medio pelo, pero empresaria soy al fin. 

Lo mío es un juego de muñecas, pero ya estoy ahí, donde debo estar, no como otros, en Panamá.  

Que nadie me diga el día de mañana que soy pirata. La verdad es que está todo pensado. De todas maneras pagaré poco con la carga que tengo de hijos.

Doy por finalizado este asunto del libro,  ya estoy liada con el siguiente.

Mañana me voy al campo, a seguir con mi granja, que rica no me voy a hacer vendiendo tan barato. El trabajo está hecho y puedo empezar otro, para seguir sembrando que nadie pone una mata de tomates solo.

Ah, chulerías de la Lengua, además de no cobrar gastos de envío, de asumir el IVA, además de los demases, no pienso ponerle a mis libros el código de barras que llevan todos. No los busquéis en librerías, no estará, no quiero que cualquiera pueda comprarlo.

Los míos llegan a tu casa con las esquinas protegidas con dos tiras de burbujitas de esas que nos gusta explotar a todos desde que éramos pequeños y un periódico gratuito de mi ciudad, un VIVA JAÉN. 

Llevará unas palabras mías, directas y sinceras, y tendrás que perder un ratillo conmigo hablando por el face, que me cuesta mucho hacer las dedicatorias. 

No presentaré el libro en ningún sitio habitual para presentar libros, lo haremos en nuestras casas, como las reuniones para vender ollas o juguetes eróticos y potingues. 

Vendréis a celebrar conmigo sinceramente, solo mi gente, los que os alegráis de mi suerte como yo de la vuestra.

Los demás ya sabéis que no sois bien recibidos, no vale todo con tal de vender libros. Yo no regalo copa y puro como el paisano que me puso a parir el año pasado. 

Para vosotros, los malos,  no tengo, no me queda ni uno. Que no tenga que decírtelo, que luego diréis que he cambiado, que no, que soy la misma borde de siempre, vosotros sois los que pasasteis de ser lobos a babosas.  

Y ya no lo digo más, pare usted de contar. Además, siempre me quedarán los de Miller, como me subieron la moral hoy, mis amigos, lo mejor del mundo. 

LVM