domingo, 10 de abril de 2016

NI PIO

 

Deja de mirarte el ombligo, aléjate de ti y obsérvate. Si te gusta lo que ves, sigue.

Mira tu casa, tus cosas, las personas que te rodean.

Haz un inventario de las pérdidas.

Remuévete.

Piensa.

Busca la causa de tu mal, extírpalo y mételo en un bote de formol para que puedas verlo cada día en tu vitrina.

Más vale que mi boca calle, que mis labios besen, palabras calientes.


Solo mientras mi cuerpo ama, mi mente descansa. 

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