Mi niña chica es muy artaiza con los abrazos. Coge nervios y
todo.
Ya cansa.
Ya cansa.
Entiendo que ella no puede evitarlo, si siente amor lo
demuestra, pero a nosotros, a todos los miembros de esta familia incluidos los
dos gatos, nos tiene machacaicos a abrazos y besos. La gente se cansa.
Hay personas que necesitan
que los quieran menos y el exceso de cariño es también muy asfixiante.
Yo no soy tan exagerada como mi rubia, pero me sigue
gustando querer sin medida o no querer. Como las pintadas en la pared. Negro
sobre blanco.
He perdido a algunas personas en mi vida por esto, amigos a
los que ya no veo porque cuando los veo me vuelven a provocar mucho cariño y de
todo lo demás.
Mejor no ver, corazón que no sufre.
Ellos también descansan del atracón.
Pero yo lo entiendo y me estoy reeducando en esto del amor
en exceso. Cada día escribo mil veces en el aire:
No se llama, no se llama, no se llama…
Pero luego leo.
Él te ama, él te ama, él te ama…
Y es que imaginando, también soy disléxica.
LVM
LVM
No hay comentarios:
Publicar un comentario