SIGO DESCARTANDO

¿Bajar el listón?

No ¿por qué? No hay necesidad.

Ahora me llamarán frígida, simplemente por no tener necesidad.

A las personas solteras, perdón, a las mujeres solteras, nos suelen clasificar en dos:

Las que son activas y locas sexualmente hablando… bla bla bla, te puedes imaginar.

Y las frígidas.

Nadie entiende que una persona soltera no tenga necesidad de encontrar pareja.

Mucho menos de bajar el listón ¿para qué? ¿y desde quién?

Que su vida esté llena de cosas que le hacen feliz. Que esté rodeada de otras personas con las que pasa el tiempo a gusto, que le hacen reír, que simplemente le acompañan como si lo hiciera una pareja, solo que son personas distintas en distintos momentos.

Que cuando llega un amor, no piensen que es para toda la vida, sino que es para disfrutarlo mientras dure, llorarlo cuando termine y otra vez a empezar. 

Que tampoco tenga ganas de buscarlo, que si llega sea sin darse cuenta y sin querer, que es como deben ocurrir esas cosas.

Este grupo de personas a las que pertenezco, saben observar desde fuera lo que tienen otras parejas. Hay muchas parejas muy bonicas, no digo que no. Pero hay también muchas, que nos sirven de ejemplo de lo que no queremos.

Sabemos valorar el amor y no cambiarlo a toda costa. No, no, no, mínimo ha de sumar.

Físicamente, yo no puedo bajar más el listón. Físicamente no hay casi nadie no me pueda a mí gustar. A no ser que sea una persona demasiado guapa y bien cuidada. Artificial.

Eso no me gusta. No puedo, no puedo, no puedo.

Soy muy exigente, lo sé.

Necesito mucho. ¿Y?

Y ahora dices tú:

-          Cucha la tía esta ¡qué creída!

Que va, no soy más. 

Solo soy, un bicho.

Un bicho feliz, difícil de cazar si no eres otro bicho. 

Feliz claro.

Y sobre todo soy alguien a la que, la vida en pareja no le compensó. Alérgica a las discusiones repetitivas y cíclicas. Que tomó la opción más difícil, ir con el grupo de los solteros (estado civil aceptable solo si es provisional), que descartó quedarse en pareja a pesar de los pesares, que sabe que vendrán otras y que es una tontería llorar por siempre las pérdidas, que entre pena y pena, se pierde uno muchas alegrías.

Y así va pasando ahora mi vida.  

Descarto y descarto y vuelvo a descartar. 

LVM