jueves, 19 de marzo de 2015

GRACIAS, PAPÁ.

Por estar siempre ahí, cuando te necesito.
Por llamar a diario y conocer mi tono de voz, por descubrir mi dolor.
Gracias, por despertarte a escuchar mi respiración cada noche.
Gracias, por entenderme y ponerte siempre de mi lado, sea lo que sea que haga.
Gracias, por pensar: “por algo lo habrá hecho, mi niña no da puntá sin hilo”.
Gracias, por preocuparte por mí y no pensar en como estará él de triste.
Gracias, por pensar: “algo calla mi niña, para no dañar a nadie, para no ensuciar nada”.
Gracias, por apoyarme incluso cuando todos me machacan.
Gracias, por recibir la primera pedrada y no por animar a todos a que lo hagan.

Tú nunca me tirarás la primera, tú nunca serás el cabecilla en eso, tú siempre limpio, siempre transparente, siempre a mi lado, siempre....  haciendo que recapacite.

Gracias, por confiar en mí. En la educación que doy a mis hijos, antes y ahora, sola.
Gracias, por ponerme todas las medallas, aunque solo sea responsable de los errores.
Gracias, por el montón de biberones que me arrimaste, por los baños que me diste, por las cosquillas, por los paseos por el parque, por las chuches que me compraste...

Gracias, por tus regaños ¿recuerdas aquella vez que bromee y dije: suspendí matemáticas? ¿No lo recuerdas? pues por tu respuesta, gracias. 

Orgullosa de los padres del mundo estoy, todos debían de ser como tú.

Gracias, por volver a mi tierra, por separarme de aquella familia tan acaparadora.

Gracias, por hacer tan feliz a mi madre.
Gracias, por hacernos tan felices a todos.
Gracias, por hacer que tus nietos te adoren, que te vean por la calle y se lancen a tus brazos, que te pidan besos y abrazos, que te pidan que te quedes con ellos, para tocarte el pelo en el sofá y hacerte coletitas como una muñeca.

Gracias,  por no pensar en ti jamás y nunca contar tus problemas, haciendo siempre los míos tuyos, tus problemas no tienen importancia. Tú salud, perfecta.

Solo espero, poder superar tu ausencia cuando no estés y nombrarte a cada momento como hago con mi abuela Dolores. Como hago ahora, cuando no te vemos.

Gracias, por ayudarme a quitar las malas hierbas. Ya no necesito que lo hagas, ya me encargo. Descansa… tanta responsabilidad, te puede desbordar.

Llámame siempre que lo necesites para meterme en verea. Si ves algo que no te gusta, llámame, siempre serás mi ejemplo. En todo lo que digas, te seguiré. Todos tus consejos son sabios. Le diré a mi niña que se tape para que no la miren, como tú sabes a ciencia cierta que la miran. Tú lo sabes.

Gracias por tu llamada de aliento de ayer. ¡Son tantas y tan numerosas! Hay que ver, la tarifa plana en fijos el daño que ha hecho. No me queda tiempo para hacer la cena, cada noche me llamas para animarme.

Esta fue especial, no hablábamos así desde cuando... ¿dos, tres meses? 

La próxima, para tu cumpleaños, en agosto. Te llamaré. Tú no te preocupes, comprendo que con tantos hijos y nietos, tú no te acuerdes de ninguna. Para eso estamos papa, para ti, que te lo mereces too…

LVM

1 comentario:

  1. Mujer de las mil batallas perdidas , que siempre te levantaste asta con estilo , tu que fuiste espermatozoide en la puerta , que nunca te rindes ante nada , que tu sonrisa inunda tu cara , que tienes un corazón para todo y todos , que eres querida por tantas cosas , te vas a preocupar por semejante trozo de carne sin alma , por favor pocaagua sonríe que la vida es bella y los que están tan llenos de rencor ni son ni lo fueron ni serán felices ni justos nunca , ríe corazón que eres una niña bellisima por fuera y por dentro , sigue con tus escritos y deja eso besos todos los que quieras y puedas ya sabes que te quiero

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