Es bueno reconocer los defectos de uno.
Yo malpienso.
Tú malpiensas.
Ella malpiensa.
Es lo que pasa cuando uno está enamorado, que siempre
malpiensa que no es correspondido. Cuando dos personas están enamoradas y locas
la una por la otra, no hay malos pensamientos que puedan con eso, pero cuando
alguien renquea, empiezan los problemas.
Tú le mandas un mensaje lleno de euforia y de amor, y él,
ella, responde con naturalidad y sin muchos aspavientos, simplemente porque
estaba duchándose, o comiendo, o porque le llamó la madre en ese momento, o
porque… vete tú a saber, en ese momento de su vida algo ocurría para que no
pudiera corresponder.
La gente como yo, empieza a retroalimentarse del espíritu
del mal, y malpiensa y malpiensa, y comienza a hablar sola, y se acuesta en la
cama pero no puede dormir, y las patas del somier empiezan a elevarse, y al
final, llega alguien a la habitación y con ese mismo lo pagas como si fueras
una poseída.
No escupes espuma verde porque no eres cristiana y sabes que
nadie va a venir a hacerte un exorcismo.
¿Cuál es la solución para todos los malpensadores del mundo?
No me gusta dar consejos, pero a mí me sirve esperar. Asumir
la pena, el bajón, la melancolía… sola. Esperar veinticuatro horas a ver si se
confirman o se desmienten los hechos.
Aunque también he de decir que las cosas que malpensamos
suelen estar basadas en hechos reales, siempre hay algo de verdad en nuestros
malos pensamientos.
A veces, vemos donde otros no ven.
A veces son evidencias que nos niegan.
Es como cuando ves que tu hijo es mariquita desde chico, y
lo comentas con alguien, y te lo niega para que no te preocupes. Todo el mundo
ve el plumazo de tu hijo, pero piensa:
- ¡Coño pues ya se verá!
A mí me pasó, pero no me salió mariquita, de momento, solo me salió bizco.
- ¡Coño pues ya se verá!
A mí me pasó, pero no me salió mariquita, de momento, solo me salió bizco.
NOTA: Yasta, no digo más que tengo que fregar los platos de la
cena y doblar un cerro de calcetines.
LVM
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