A tajo parejo desde la terraza hasta el portal pasando por
la cochera, chimenea y los tres cagaderos de los gatos… cuatrocientos metros de
fregona.
¡QUÉ BONITA Y QUÉ LIMPITA ESTÁ MI CASA!
Es que hoy llovió y no he podido pintar la piscina.
No me centro, cierto.
Voy a tajo parejo pero en todas direcciones. Mi niña está
muy cabreada porque no le termino su cocina, pero no se da cuenta de que el
baño ya se acabó hace tiempo, y que ha quedado muy requeteprecioso. Modestia
aparte.
Tengo que pintar la piscina, ya la terminé por fin.
Si, si, tú dirás, si llevas un montón de años haciéndola,
desde que pusiste la primera petaca.
Ya, ya, llevas razón, pero es que he tenido que disfrutar de
la vida mientras, caminar para que no se me caiga el culo, escribir Retahíla.
Y tú dirás, pero si
no la has terminado.
Si, si, si, llevas razón, pero está casi, como mi piscina. Ahora
que no puedo más con mi cuerpo, después de hacer la cena, me pongo un rato.
A tajo parejo, no sé si me entiendes.
LVM
No hay comentarios:
Publicar un comentario