Esta sirena, no es vulgar, es muy fina.
El primer navegante muerto, un maestro.
Éramos muy iguales, estábamos conectados, nos llamábamos y contestábamos, telepáticamente.
Nuestros problemas, parecidos, nuestros padres, separados por fin.
Hasta nuestro licor favorito coincidía.
Hasta nuestro licor favorito coincidía.
Todo era perfecto, él no quería hablar, yo no paraba. A él le gustaba escuchar, a mi también, pero que remedio, no hablaba. El hombre hermético, envasado al vacío.
Su único defecto, no era muy fino. Quería enseñármela a cada momento. En varias ocasiones lo frené, pero sus feromonas se lo pedían continuamente ¿ por qué ? No se.
Un día no pudo resistir, ¿ para qué me enseñas eso bicho ? es que no ves, que solo es...
¡! Una polla liá en un trapo !¡
No fue grave su delito, pero para mi suficiente.
Le puse : --- FIN ---
Me dijo: THE END ¿?
Solo recibió mi silencio perpetuo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario