Como un ejército te asaltan los malos pensamientos y los recuerdos negativos, para conseguir el odio, imprescindible para olvidar.
El tiempo perdido, los engaños descubiertos, tus patas de
gallo, te ayudan a alimentar al monstruo. El día a día no se queda atrás. Los
lugares que visitaste que te parecían tan románticos y maravillosos, ahora los
repudias. No quieres ni rozar tu vida anterior.
¿Qué ocurriría si la gente se enamorara con los ojos
abiertos?
Gastaríamos nuestro tiempo, pero no lo perderíamos.
Ahora lo veo todo y actúo en consecuencia. Mis relaciones no duran más de unos meses, gracias a Dios, con perdón
algunas de ellas.
También me veo a mí por su puesto, menuda miga tengo. Lo peor que se lleva de mí, debe ser el desapego que tengo
a todo, material e inmaterial, vivo o muerto, hombre o persona, no me importa
perder, siempre pienso:
- ¡Dios proveerá!
- ¡Dios proveerá!
Yo ahora, me veo un poco espabilada para conseguir
enamorarme de nuevo, pero bueno, al menos tengo los ojos bien abiertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario