Ya si me llegan tus ansias, pronto serás mi esclavo. No podrás
contarle a nadie que lo eres por vergüenza. Ya si me llegan tus ansias. Quiero
que maldigas el día en que me conociste. Quiero que me lo digas:
¡Maldigo el día en que te conocí! Te pienso, te pienso, te
pienso y te pienso, y no paro de pensarte esperando que me hables. Maldigo tu
cuerpo, maldigo tus besos, maldigo tus palabras que me golpean dentro. Maldigo
tu lengua que hace palpitar mi polla, maldigo el sonido de los mensajes que no son
tuyos. ¡Tú! ¡A ti! ¡Te maldigo!
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