miércoles, 6 de marzo de 2013

PORQUE YO NO SOY COMUNISTA

Mi padre, comunista. Mi madre, casi comunista. Mi hermano mayor, fue comunista. Mi tito, comunista también. Todos los referentes adultos que tuve de pequeña eran comunistas, incluido el cura de mi barrio, que también era comunista. Él nos decía  que Cristo fue el primer comunista de la historia, que seguramente si volviera estaría fumando porros con los jóvenes, hablándoles de amor, solidaridad, compañerismo, libertad …

- ¡Qué coñazo! - pensé - Que se te acople ese muchacho en tu tiempo libre.

Porque en la vida real vale, pero cuando uno está fumándose unos porrillos para relajarte, que venga Jesús y siga dando la brasa, manda cojones. 

En mi cama durmieron todo tipo de personas, madres de mayo, músicos cubanos, viajeros de todas partes del mundo. Me fascinaba escucharles hablar con otro acento, que contaran cosas que ocurrían fuera de las cuatro paredes de mi barrio.

Buscábamos la programación de la tele en El Mundo Obrero, en este caldo de cultivo, ¿yo que debía de ser? 

Comunista. 

Pero ocurrió algo muy contraproducente para mí, la educación por la acción jugó siempre un papel muy importante en la vida. El ejemplo dado es siempre mucho más importante para un niño que las palabras. Yo fumo, poco, pero fumo. Siempre que tengo que hablar de eso, no se me ocurre decir: 

- No se fuma, es malo.

Todo lo contrario, les digo que soy una enferma, que soy una adicta y que soy un ejemplo a no seguir. Aunque también se aprende mucho de los malos ejemplos, sobre todo cuando se ve como terminan todos.

Desde chica fui muy observadora y analizadora, aunque suelo guardar mucho mis opiniones para no dañar, y sobre todo porque soy una insegura, no sé si llevo o no razón en mis deducciones. 

Por otro lado la mayoría de las veces no son nada lógicas teniendo en cuenta la opinión de los cuerdos del mundo.

Se afianzan en mi seso las vivencias con mucho más poder que las palabras.

En casa, todos aquellos valores que sonaban en las bocas de mis mayores, no existían. Mis hermanos se iban a jugar a la calle, mientras yo tenía que limpiar sola la casa porque mi madre trabajaba echando horas en otras casas.  

Mi padre hacía que mi madre se levantara de la mesa si le faltaba algo, y en su defecto yo.

No había igualdad, mis hermanos y mi padre, eran más que mi madre y yo. No había solidaridad entre géneros, por lo tanto, esa palabra también se reventó con los actos.

Dentro de todos los valores que defendían por comunistas, no entraba la igualdad entre nosotros mismos. La mujer comunista se quedaba en casa cuidando de los niños mientras que ellos iban a las reuniones. Si, había alguna mujer que otra en aquellas reuniones, pero eran compañeras no sus mujeres, ni mucho menos madres.

La libertad que pedían para sus hijos, no la querían para sus hijas. La igualdad que pedían en las calles, no la querían en sus casas. Para limpiar estaba yo, para las fiestas siempre recibía un:

- Tú, no.

Por eso, no se lo que soy. El poso de todos los valores que escuché de niña lo llevo, pero no la forma. Hice la revolución dentro de aquella revolución, y llevé mi educación igualitaria a mis hijos e hijas, al máximo.

Creo que ellos si pueden hablar de igualdad en casa, Siempre dicen que les regaño más y les doy menos, pero esto también lo dicen todos por igual, por lo que seguramente lo estoy haciendo bien.

El feminismo libertario que me enseñaron, yo lo transformé en uno aún más radical. No quiero que me respeten por ser madre luchadora, trabajadora y fiel, quiero que me respeten a pesar de las cosas que escribo, aunque las feministas verdaderas me abucheen, como es habitual.  

Hoy en día, mis referentes éticos y políticos están en muchos sitios y en ninguno. Nada ni nadie podrá posicionarme a favor o en contra de algo o alguien si no lo vivo antes.

Soy muy observadora, ya lo he dicho antes y no puedo lamentar ni alegrarme por la muerte de Chavez, no lo conocí personalmente, solo he observado algunas imágenes de televisión, y la verdad, no se muy bien que pensar.

Se ha muerto Chavez, vale ¿Y? también se lió parda cuando se murió Lola Flores ¿Y?

Verás el día que se muera “El Picardías”, la panzá llorar que me meto.



5 comentarios:

  1. El dedo en unas cuantas llagas... me gusta

    ResponderEliminar
  2. Por lo que has escrito creo que no sabes lo que es el comunismo ni lo que significa ser comunista. Es sólo una impresión que me da después de leerte. Libertad e igualdad son dos valores universales que están por encima del comunismo u otra ideología.
    Saludos

    ResponderEliminar
  3. posiblemente si mi padre hubiera sido conservador o cristiano, este texto se titularía yo no soy cristiana. y si, lo se el cristianismo y el comunismo tienen muchos valores comunes, como otras muchas teorías religiosas y políticas, una cosa es la teoría, y otra las buenas prácticas.

    ResponderEliminar
  4. Los valores son propios de las personas, no de las ideologías. 2 personas de distintas ideologías pueden compartir valores. Creo que tu error es pensar que los valores están asociados a las ideologías, lo cual es como decir que las personas que no profesan una determinada ideología, a la que tú artribuyes determinados valores, carecen de los mismos.
    Saludos

    ResponderEliminar