Hoy me siento Cenicienta. En mi cuento la madrastra continúa
de bailes y fiestas mientras ella envejece en la cocina. No aparece ningún
príncipe azul y si lo hace es para ir y venir con las hermanastras.
A pesar de los días y días que transcurren, nadie consigue
ver a la bruja que dirige las vidas de todos, incluidas las hermanastras, que no
pueden hacer nada, sino seguirle la corriente si no quieren que las encierren en
la cocina a ellas también.
LVM
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